español english français česky

Muy interesante este cambio del uso de la iglesia; y todo ello, con el beneplácito del cura párroco quien, inclusive, hizo colocar grandes carteles en la iglesia, uno en castellano, el otro en inglés, prohibiendo que se tomaran fotografías de los rituales indígenas.

Nosotros respetamos el ritual que presenciamos y no tomamos fotografías; pero no había prohibición de grabaciones, así que nos grabamos una parte de la música de pícolo y bombo. Además, como sabíamos que la entrada principal, la explanada y la escalinata tienen gran significado para los Mayas, no entramos por ahí sino por una puerta lateral de la iglesia para pasar tan desapercibidos como posible, aunque, naturalmente, en ese ambiente, nunca podríamos ser otra cosa que dos moscas en un vaso de leche.

Parece que fuera de la iglesia, y fuera del pueblo, a tres kilómetros del pueblo, en un bosque, los Mayas Quichés llevan su integración de las religiones aún más lejos: parece que ofrecen sacrificios de pollos a sus dioses y rezan al Dios cristiano.

Pasando de lo que todavía sobrevive a lo que ya no vive de un mismo pueblo, un poco al noroeste de Chichicastenango, cerquita de Santa Cruz del Quiché, yacen las ruinas de Utatlán, la ex-capital de la nación maya quiché, la más importante en el sur de Guatemala, antes de su aplastamiento en 1524, en sangrienta batalla contra la invasión española.

Donde mejor se puede ver las piedras de la antigua Utatlán es en las paredes de la iglesia y del claustro de Santa Cruz del Quiché.

Luego, regresamos por la bajada y la subida increíbles, y por la inquietante galería de fortines, hasta la carretera principal; y seguimos hasta el desvío a otro lugar de interés histórico, las ruinas de la ciudad fortificada Iximché, otra ex-capital, de otros Mayas, los Mayas Cacchiqueles, y, luego, primera de las cuatro capitales de Guatemala.

Aquí vamos a pernoctar.

. .
*

Esta mañana, a las 7, ya estábamos a la entrada de las ruinas; pero tuvimos la contrariedad de enterarnos de que se permite el paso solamente desde las 9, lo que, en este caso, era un contratiempo importante ya que queremos a todas costas hoy, viernes, llegar a Ciudad Guatemala para ir a varios consulados y olfatear la situación como podamos; pero siempre hay manera de arreglarse, y así lo hicimos, con los guardianes, una familia de Cacchiqueles, y a las siete y un minuto, en la fresca de la mañana, pisando un pastito corto lleno de >>>>>>>>