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tiempo como tres estatuas con semejante carga en el lomo. Cuando, finalmente, volvimos a movernos, de inmediato las tres volvieron a caminar a lo largo de la ruta. Se nos hizo evidente que se habían parado y quedado donde habían estado porque habían tenido miedo de pasar cerca de nosotros donde habíamos estado estacionados, y que habían empezado a caminar otra vez cuando vieron su camino libre de nuestra amenaza.

Más tarde, en el pueblo de San Cristóbal, le comentamos el caso a una mujer con la cual habíamos entablado una conversación; ella nos dijo que sí, que los paraborígenes están muy desconfiados de los Blancos, no solamente por todas las injusticias y crueldades sufridas por su raza en general a manos de la raza blanca sino también por las injusticias que todavía hoy en día se perpetran contra ellos.

Nos dio un ejemplo ocurrido hace poco, de un paraborigen que tenía unos pollos para vender; se le acercaron unos no-paraborígenes para preguntarle el precio, le dijeron que le iban a pagar no lo que él pedía sino lo que querían pagar, una fracción del precio pedido, y cuando el paraborigen se rehusó a vender los pollos a dicho precio arbitrario, empezaron a arrebatárselos y a gritar que "este indio nos está robando"; de manera que el paraborigen abandonó sus pollos y huyó para no tener problemas.

Pasamos por el pueblo de Comitán.

Hablamos con el cónsul de Guatemala, con empleados de la aduana mexicana, y parece que, en la zona de Guatemala que queremos recorrer, en la actualidad, no hay problemas; antes sí había, pero ahora los problemas se mudaron más a la zona selvática del Petén; así que quizás podamos aventurarnos hasta Ciudad Guatemala, y después veremos; lo que sí, nos advirtió el cónsul, habría verificaciones de documentos a cada rato.

De todos modos, mañana por la mañana, en la ciudad fronteriza de Cuauhtémoc, antes de cruzar la frontera, trataremos de conseguir más datos.

Ahora, vamos a pasar lo que tendría que ser, en teoría, nuestra última noche en México, a unos 40 kilómetros de la frontera.

Acabamos de cometer el error de investigar otra vez las ondas radiofónicas: pura pérdida de tiempo; hay muchas estaciones, pero siempre las hubo muchas; lo malo es que nunca parece haber alguna cerca, y la que más cerca hay de aquí se vino con la última noticia de que Fulano fue internado en el nosocomio local, con una fractura del brazo.

Ahora que, en nuestra reacción a este tipo de noticia, no es el tipo de noticia sino nuestra reacción lo pecable.

Es cierto que estamos podridos por nuestra inmersión en el mundo como está, que dependemos de los acontecimientos internacionales para nuestro propio >>>>>>>>