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toda la tarde - y la noche - para echársela de encima; además, con una hora más de camino, nos encontraríamos otra vez en el infierno de la carretera principal, lo que no sería un ambiente adecuado para recuperarse.

Aquí estamos todavía, pues, esta mañana, en un ambiente, de bosques - follíferos y agujíferos - de tranquilidad, de pájaros, de una carretera muy sinuosa y muy silenciosa, a una altitud de 2.200 metros, con la fiebre casi ida, y probablemente listos para continuar.

Nos olvidamos mencionar que estamos en una zona con topónimos con el sonido de tz; no solamente Pátzcuaro, Tzintzuntzan, sino también, como vimos ayer, Cointzio, Itzcuaro, Tzinturio, y otros. También, la desinencia "cuaro" es común, como en Carácuaro, Zitácuaro, y otros, por cuanto seguramente significa algo. Por otra parte, el sonido "pur" de Purépachas, purembe, también se da en topónimos como Purúa, Purépero, Puruándiro, y otros.

De nuestro dormitorio-sanatorio, seguimos subiendo por curvas y más curvas; estamos a 2.800 metros; justo llegamos al portezuelo Atzimbo, otro topónimo con tz.

Esta ruta se parece a la de Mazatlán-Buenos Aires, si bien aquella sigue siendo la campeona. Cuánto más trabajosa y onerosa debe de ser la construcción de una ruta en semejante terreno que la construcción de una ruta, o hasta autopista, en terreno llano; y por lo que vimos hasta ahora, parece que gran parte de México es de topografía implacablemente quebrada; aquí mismo, tenemos hermosas vistas arrugadas hasta el infinito por entre los árboles, pero los ingenieros viales seguramente tendrán otro punta de vista.

Acabamos de pasar del estado de Michoacán al estado de México.

El asfalto ya no tiene más viruela, pero se volvió más peligroso porque tiene, a veces, trechos bastante largos bastante lisos que invitan a tomar velocidad, y de repente, trechos ondulados como tablas de lavar donde es muy fácil perder el control del vehículo totalmente. Naturalmente, estamos nuevamente en la carretera principal con todas las características infernales ya descritas.

Hablando de contaminación del aire, creemos que se puede comparar la contaminación del aire en Vespuccia y en México de la siguiente manera. En Vespuccia, es un lago, en México, es un torrente; en Vespuccia, tiene la extensión, la profundidad y la permanencia de un lago; en México es más virulenta; es más visiblemente creada, creciendo, menguando, a lo largo de las carreteras, estagnándose solamente en los pueblos; pero apenas uno se aleja un poco, perpendicularmente, de las carreteras, ya desaparece la contaminación; y con que pasen cinco minutos sin tráfico, también desaparece la contaminación en la carretera - ah, pero con que pase un solo camión o un solo autobús, es realmente un asalto directo a la salud.