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Siempre hacia el norte. El mismo panorama que antes, o sea la carretera corriendo a lo largo de su franja más o menos llana, con el mar a la izquierda, y sierras de alturas varias y a distancias varias a la derecha.

Algo que nos está llamando la atención desde hace un rato es la aparición de unos pequeños espacios de tierra evidentemente trabajada, en este terreno que parece la negación personificada de cualquier cultivo; tanto más que estos pequeños manchones de tierra cultivada no se encuentran en la cercanía de alguna vivienda, sino aislados, a intervalos, a lo largo de la carretera.

Nos paramos para observar mejor uno de estos manchones y, efectivamente, se trata de una pequeña huertita, de quizás 80 ó 100 metros cuadrados; en ésta, podemos ver que plantaron y cosecharon repollos; la tierra parece ser bastante negra, pero está llena de piedras, y, sobre todo, parece una esponja, por lo húmeda que es; de hecho, la pequeña superficie de esta huerta tiene toda una red de zanjitas para tratar de evitar el exceso de agua en las partes más elevadas entre las zanjitas, donde alguien se animó a plantar sus repollos; es increíble en qué condiciones hay que arrancarle un poco de comida a la tierra.

Otra actividad humana que vimos recientemente - si bien de gente mucha no vimos - es el secado de ropa; y la manera de secarla. Parece que, por aquí, andan todavía bastante atrasados, porque secan su ropa todavía de la manera fácil y barata y esterilizante y aseptizante y ecológica de colgarla en una soga y esperar que el viento y el Sol la sequen y le den un buen olor, en vez de gastar dinero en secadores mecánicos, artificiales y caros.

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Esta mañana, último trecho hacia el norte, hacia la punta misma de la Península Grande de Terra Nova, en procura del asentamiento de Straumfjord de los Vikingos. En realidad, ya ayer hemos alcanzado más allá del puerto a donde tendremos que regresar para embarcar para Labrador.

Todo se combina para crear un panorama desolado: el terreno está llano, mayormente a lo largo del mar; la vegetación está reducida a una estepa corta, y cuando los abetos tratan de levantar la cabeza, no pasan, en noventa por ciento de los casos, de matorrales - y los que logran levantarse un poquito más, son muy flacos y raquíticos; el terreno, ya sea cubierto de estepa o cubierto de matorrales, está a menudo entrecortado de lagunas cada vez más congeladas; y para agregar a la desolación del ambiente, el cielo está totalmente negado por una capa gris muy baja; también hay llovizna; como ingrediente final, un fuerte viento está, otra vez, tratando de echar nuestro vehículo fuera de su línea recta.