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cangrejos, que hubiesen preferido haber quedado cangrejos-arañas, y con vida, que tener el honor de ser cangrejos reales, y muertos.

A tener presente como antídoto contra cualquier publicidad y propaganda.

Qué día, qué día.  Vamos a pernoctar en el mismo sitio que anoche.

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Estamos bajando por la costa oeste de la península de Kenai. Pasamos por los pueblos de Kalifonsky y Kasilof, en dirección al pueblo de Ninilchik.

La topografía cercana se ha vuelto tranquila; la vegetación, desde milimétrica hasta decamétrica, sigue suculenta; a veces, se abren ventanas en la vegetación a nuestra derecha, por las cuales podemos ver la anchura del seno Cook y, del otro lado de las aguas, una cadena de cerros nevados - entre ellos, los dos volcanes - nominales, porque por ahora parecen quietos - Redoubt e Iliamna.

Nos paramos en Ninilchik para ver su iglesia y su cementerio ortodoxos rusos. La iglesia nada tiene que merezca mención salvo su ubicación, en una loma, dominando el pueblo y el mar. El cementerio sí merece mención porque, al contrario del cementerio de Eklutna, se lo podría llamar ortodoxo-ortodoxo, o sea sin mezcla de tradiciones indígenas.

Como toque humano, el que aquí todavía llaman, en ruso, starosta, o sea presbítero, de esta iglesia, es el padre del marido de una de las hijas adoptivas del arcipreste Macarius de Kenai. Hace poco casados por el propio arcipreste.  Que la vida les sea benigna.

Ahora, en camino hacia el pueblo de Nikolaevsk, un pueblo de Rusos, que nos mencionó el arcipreste de Kenai; pero nada en común con los Rusos de la antigua colonia; toda una comunidad de Rusos que huyó de Rusia, en 1920, después de 300 años de persecución, y después de la revolución por colmo; por Manchuria, Hong Kong, y luego vía ... Brasil hasta Alaska.

Llegamos a Nikolaevsk, pero ...

Pero nos encontramos con que no permiten la entrada.  No quieren contacto alguno con el exterior, no dejan entrar a no-cofrades y, según nos dijo el arcipreste de Kenai, menos todavía quieren contactos con Vespuccianos - según nos dijo el arcipreste, estarían más dispuestos a tratar con Europeos; pero no vamos a intentarlo, vamos a respetar sus deseos de reclusión.