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brujo-mago sino de un docto terapeuta; el inicio, ya sea progresivo con aflojamiento, o instantáneo; con o sin participación del sacerdote-terapeuta; la necesidad de conocimiento previo por parte del crisante-paciente de qué es posesión-hipnosis; la remota posibilidad de que la terminación necesite una extensa intervención por parte del sacerdote-terapeuta; el mejoramiento de la habilidad de producir en sí el estado por práctica propia y observación de otros; todas estas características son de hipnosis clínica.

Y ¿por qué sería que en una sociedad, la sociedad haitiana, el grueso de la población sería hipnotizable con facilidad, mientras que en otras sociedades, el estado hipnótico es algo que poca gente experimentó y poca gente vio? La respuesta está en las tres últimas palabras: un importante elemento en la implantación de hipnosis en un individuo es el conocimiento por ese individuo de qué es hipnosis; y una manera de establecer ese conocimiento es haber visto otra gente crear y cancelar el estado hipnótico.

En Haití, el vodún es tan parte de la vida de los creyentes que, desde la niñez, se acostumbran a qué es la hipnosis de la "posesión", y así quedan predispuestos a ella; además, sabiendo qué es hipnotismo vodunense - perdón, "posesión", libremente aceptada - tienen deseos de participar de dicho estado, de disfrutar de él se podría decir, en vez de oponerle una barrera defensiva como ocurre con mucha gente de otras sociedades.

Otro ejemplo de identidad de la "posesión" vodunense y de la hipnosis es que ambos se prestan a, y efectivamente se utilizan en, curas "sensacionales" de casos patológicos, aun serios, como ceguera, parálisis, y otras condiciones, siempre que sean de origen psicológico, como la ceguera histérica, y no de origen orgánico, en cual caso ni vodún, ni hipnosis, ni nada, puede ayudar.

La intensidad de dedicación de los creyentes vodunenses no se limita a su religión; se extiende a otras inquietudes importantes como es la libertad. Fue, de hecho, durante una ceremonia de vodún, en plena tempestad y a la luz de relámpagos, que, en 1791, los esclavos juraron luchar por su libertad hasta la muerte. Se dice que es gracias a la mística vodunense que los esclavos lograron vencer, años más tarde, los 20.000 soldados mandados por Napoleón para aplastarlos.

Muy bien, pero entonces, ¿de dónde surge la mala fama del vodún? ¿De la psicología ilustrada por el caso siguiente que con vodún nada tiene en común?

Da la casualidad que escuchamos, hace poquísimos días, el caso de una comunidad de gente blanca, en un país blanco, viviendo voluntariamente aislada de los defectos de la sociedad envolvente contemporánea, y acusada por sus vecinos de depravaciones; como por ejemplo enterrar sus muertos no en un cementerio aprobado sino libremente en sus campos con extrañas tumbas, y celebrar alrededor de las tumbas raros ritos con mucho humo; cuando, en >>>>>>>>