Esta mañana, primero, tuvimos nuestra ración de casi cada día de noticias referentes a la próxima. Los nuevos cohetes vespuccianos empezaron a llegar a Inglaterra; y en Australia hubo una manifestación de protesta contra unas instalaciones secretas en el centro de la isla.
Y luego, tuvimos la oportunidad de comparar cuervos - o sea éstos, de estas latitudes, con los del Artico, y tuvimos la confirmación de la maestría, de la personalidad irresistible, de los cuervos del Artico, ante la triste evidencia de la mediocridad de los cuervos de estas latitudes.
Nos estamos acercando a San Francisco por una carretera que corre alegremente a lo largo de la fractura de San Andreas; esperamos que no pasará nada mientras estemos por aquí, pero no lo entendemos cuando vemos pulcras y lindas viviendas, indicios de gente beatamente anidada en los huecos de esta bomba de tiempo. Es cierto que nosotros mismos ya estuvimos en una zona de terremotos, en Alaska, y que, de ahora en adelante, hasta llegar a Tierra del Fuego, si es que ahí llegamos, estaremos viajando permanentemente a lo largo de una zona de inestabilidad geológica, parte del famoso Círculo de Fuego del Pacífico - pero no fue y no será para echar raíces por voluntad propia y esperar la catástrofe, y lamentarnos luego; fue y será un riesgo calculado pasajero.
Después de un último trecho de hermosas vistas costeras, tuvimos nuestra última parada antes de San Francisco, en un bosque de árboles con el nombre muy poco específico de redwoods, o sea algo como árboles brasilados.
Estos árboles son los parientes esbeltos de los voluminosos sequoias. Incluso, como raza, son más altos que los sequoias, son las plantas más altas de la Tierra, con ejemplares, si bien no en este bosque, que alcanzan a 110 metros de altura, y un poquito más también; pero, en la práctica, después de haber visto los sequoias, estos pinos brasilados no impresionan mucho, si bien no les queremos quitar el mérito que tienen.
Así que, en resumen, Alta California se puede ufanar de cuatro campeones vegetales mundiales:
la planta más voluminosa el abeto sequoia
la planta más vieja el pino bristlecone
la planta de más rápido crecimiento el alga gigante kelp
la planta de mayor altura el pino brasilado
Después de un trecho más de camino muy sinuoso y muy pintoresco, ahora ya por tierra adentro, acabamos de entrar a la autopista que nos va a llevar en una barrida a San Francisco.
San Francisco.
Por lo visto hasta ahora, San Francisco es una ciudad toda cuestas arriba y cuestas abajo - muy arriba y muy abajo.
¡Y que no fallen los frenos!