• No hay hierro, pero sí hay cobre, oro y plata.
• Para ganarse la mano de una doncella, el pretendiente se construye una choza >>en la vecindad, y cuida el predio; si el corazón de la pretendida no se >>ablanda a lo más tardar dentro del año, el pretendiente entiende.
• En costumbres funerarias, no llevan adorno de duelo pero observan días de >>duelo; para la muerte de madre o padre, siete días de duelo, de abuela o >>abuelo, cinco días de duelo, de hermano, hermana, tío, tía, tres días de >>duelo.
• El rey, o gobernante, se llama Jefe de las Multitudes.
• Mercados no tienen impuestos.
• Precios no son fijos.
• Tienen animales con voluminosos cuernos que utilizan como receptáculos.
• Ceremonia de casamiento "como en China".
• El rey, en sus tres primeros años sobre el trono, no se ocupa de cosas de >>estado.
(De manera muy interesante, este hiato gubernativo de tres años no existía >>en la China de los días de Hoei-Shin, pero sí había existido antes, como >>cuando el nuevo emperador Yu - el de 2250 a.C. - le sucedió al emperador >>Shun.)
• El rey marca los diferentes años de su reino con un color de indumentaria >>diferente cada dos años.
Una cosa parece no caber en América, pero quién sabe:
• Tienen animales de tiro.
(•••) Y la otra de las dos sagas quizás mellizas, o sea la tercera de las tres, es así.
Se refiere a la misma época, posterior por 2.700 años a la época de la saga Yu, a la cual se refiere la saga Hoei-Shin, o sea a alrededor de 500 d.C.
Es la crónica de un viaje, en esos 500 d.C., quizás un poco antes, a una tierra llamada Fusang, o Fu-Sang, así llamada por una planta - pero no se especula que sea maguey - por cinco o seis sacerdotes budistas, uno de ellos, Hui-Shan.
No es una relación directa escrita por el propio Hui-Shan; es un relato apuntado por un tal Yu-Kie, por orden del emperador Vu-Li, de lo que Hui-Shan contaba.
Además, lo que se conoce de esta crónica de Hui - o mejor dicho de los apuntes por Yu-Kie de la crónica de Hui - es lo que sobrevivió, por lo menos una condensación, y varias "adaptaciones editoriales". Naturalmente, pues, se trata de fragmentos variadamente incompletos o desfigurados de los apuntes originales desaparecidos. Pero, como dicho respecto a los vestigios de la saga Yu, ¿por qué extrañarse, si el original de documento tan famoso y reciente como el Diario de Colón desapareció y se conoce su esencia sólo por fragmentos de segunda mano?