Pero lo que queda de esta recopilación por Yu es lo poco que sobrevivió todo lo siguiente:
1. Un holocausto oficial de libros, en 213 a.C,, para solucionar un inconveniente de la literatura viva más antigua de la Tierra - viva desde la invención del arte de escribir en China misma, tradicionalmente fechada a 2852 a.C. - el inconveniente de un exceso de documentos escritos, demasiado numerosos para ser utilizados o aun guardados. En este holocausto, todos los 32 tomos originales de la recopilación se fueron en llamas y humo.
2. Una re-redacción, de memoria, por un erudito, horrorizado por la quema, lo mejor que pudo, de 18 de los 32 tomos.
3. Una condensación de estos 18 tomos, en el siglo V d.C., por causa de un nuevo exceso de materiales escritos.
4. Una condensación de esta condensación, en el siglo XII, por la misma razón de exceso de materiales escritos.
5. Incontables "revisaciones editoriales".
Y las varias traducciones de lo que queda, no se ponen siempre de acuerdo entre sí.
Empero, para no dramatizar en exceso estas mermas, y no caer en escéptico y desamparado nihilismo, hay que tener presente, que un documento tan célebre y reciente como el Diario de Cristóbal Colón también desapareció por completo, ni siquiera se sabe cómo, cuándo, dónde; y que hoy algo de su contenido se conoce sólo por reconstrucciones parciales posteriores de memorias de terceros.
De todos modos, a pesar de toda esta confusión, hay un fragmento con las descripciones, y las distancias mutuas, de 46 sitios en un sistema orográfico norte-sur. La red de tales 46 sitios, con sus descripciones y sus distancias mutuas, es tan específica y restringente que es dable encontrarla en una sola parte del globo; y el sistema de montañas norte-sur lo confirma, por si la redundancia fuese necesaria. Se trata de la región entre, por su poniente, la costa pacífica desde British Columbia a México, y, por su oriente, una línea desde Saskatchewan a México.
Claro, es de preguntarse por qué alguien hubiese tenido interés en semejantes reconocimientos, con el tremendo esfuerzo que ello supone, y tan lejos de su país, sin resultado a la vista, por lo menos a nuestra vista. Quizás era investigación pura en el momento para acciones futuras por esos emprendedores Chinos, acciones que no se materializaron. Quién sabe. Quizás la clave del misterio se haya ido en las hogueras y las condensaciones. No sería la única vez que información irreemplazable se hubiese perdido irremediablemente para siempre.
Pero hay algo más, coincidente con esta nebulosa visita china a América. Algo que no aclara el qué, ni el porqué, de tal viaje al, y or el, otro lado del >>>>>>>>