grados centígrados; en la "superficie", o sea la cuarta esfera, por encima de los gases en movimiento perpendicular, es de solamente 6.000 a 8.000 grados centígrados; pero, en las capas superiores, otra vez se eleva, y llega a niveles entre 500.000 y 2.000.000 de grados.
El Sol obtiene la energía necesaria para la continuación de este infierno, consumiéndose a sí mismo, a razón de, se calcula, 4 millones de toneladas de su propio material por cada segundo, en un proceso de fusión nuclear ininterrumpida - fusión, no fisión - en cual proceso es la transformación del hidrógeno en helio que produce la energía. A la altura presente del auto-consumo, se calcula que hay todavía un 90/oo de hidrógeno en el Sol; del 10/oo ya consumido, se calcula que 9/oo constaría ahora del helio producido, y 1/oo, de todos los demás elementos contenidos en el Sol, que suman unos 68, según se cree saber por ahora, todos ellos, también presentes en la Tierra.
Incidentalmente, el helio fue descubierto en el Sol antes de haber sido identificado en la Tierra, de ahí el nombre que le fue dado.
A medida que el Sol se desgasta, su centro se achica, pero, sorprendentemente, sus capas externas se ... expanden; de manera que, eventualmente, nos tragarán a nosotros.
Es masoquistamente divertido imaginarse todos los océanos evaporándose, y quizás el globo mismo derritiéndose. De todos modos, no es un final de frío con el Sol apagándose como una vela que nos espera, sino un final de incandescencia, ya sea por la expansión del Sol - o por la locura de ciertos señores aquí abajo.
Naturalmente, nuestra estrella tiene sus polos magnéticos norte y sur, así como nosotros; y así como los polos magnéticos terrestres, los polos magnéticos solares se invierten periódicamente, o sea que el polo norte se vuelve sur y el sur se vuelve norte, salvo que, mientras que en esta Tierra tal inversión ocurre acaso cada 10.000 años, en el Sol, ocurre a la vertiginosa frecuencia de cada 11 años - con todas las perturbaciones magnéticas inherentes. Pero, como nos dijo nuestro guía, sin campos magnéticos en efervescencia, el Sol sería un lugar bastante aburrido; toda la actividad se desarrollaría plácidamente. Son las tempestades magnéticas que producen todas las demás tempestades en el Sol.
Uno de los aspectos más fascinantes que descubrimos es que la rotación del Sol es diferencial, o sea que, por ser el Sol gaseoso, sus masas cerca del ecuador giran más rápido que las masas en los polos, con las masas intervinientes, naturalmente, en proporción; así, la rotación del Sol en el ecuador es de 24 días, y en los polos, de 34 días; por lo que ocurre un fenómeno de torsión como en una masa de pastelería siendo trabajada.
Además, la masa solar tiene pulsaciones de expansión y contracción que, primero, se creía que tenían una frecuencia de unos cinco minutos, pero que >>>>>>>>