de haber ocurrido por alguna casualidad el encargo de los espejos un poquito más tarde, se los hubiese podido encargar en un nuevo material, con coeficiente de expansión, o sea de deformación, termal menor que el anterior, y hoy no habría la imperfección en los espejos que hay.
Durante nuestra visita de este notable telescopio, no se llevaba a cabo ninguna observación propia de su función porque estaba utilizado por dos científicos tratando de perfeccionar un invento que, de ser exitoso, resultaría revolucionario.
Según nos explicaron personalmente los dos científicos, tratan de formular un espejo múltiple adaptable que contrarrestaría la mayor maldición de cualquier astrónomo, a saber las turbulencias de aire alrededor de un observatorio, turbulencias que, muchas veces, prácticamente impiden las observaciones.
La idea que tratan de implementar se basa en un espejo compuesto de 19 espejitos hexagonales, cada hexágono sostenido por tres soportes sumamente sensibles y adaptables, cada soporte conectado con una procesadora de tal manera que, en conjunto, cada espejito hexagonal reaccionaría instantáneamente en dirección opuesta a cualquier perturbación del aire que se reflejase en él, con el resultado final de que la imagen reflejada por este espejo revolucionario sería tan estable como si no hubiese turbulencias. Si lo logran, sería un muy importante paso adelante en la facilidad de las observaciones astronómicas ópticas. Las observaciones radio-astronómicas, ya sabemos, no tienen este problema.
Hablando de impedimentos en las observaciones, los días de ayer y de hoy fueron de los dolorosos para los astrónomos: un minuto de Sol para cada cuatro o cinco minutos de nubes. ¿Cómo se puede trabajar en estas condiciones?
Nuestro guía, sin embargo, no se preocupaba. Es un astrónomo teorético, o sea que no lucha con los telescopios sino que, trabajando con datos recogidos por otros, trata de descubrir teorías, de construir fórmulas, de asentar hipótesis, y luego, de establecer su validez, sus fallas rectificables, o su invalidez.
Naturalmente, y como no podía ser de otra manera, nos enteramos, de paso, de varios aspectos del Sol; y no solamente que tenemos esta estrella en nuestro patio a tan sólo 8,5 minutos-luz de distancia, mientras que la segunda estrella más cercana a nuestra Tierra se encuentra a más de 4 años-luz de distancia.
El Sol es una estructura de varias esferas concéntricas, lo mismo, en esencia, que nuestro globo terráqueo, salvo que las esferas concéntricas del Sol son todas gaseosas.
oOo A 700.000 kilómetros debajo de la superficie del Sol, se encuentra el núcleo, con las características difíciles de comprender - pero así afirman por ahora los científicos - que tiene una presión de 100.000 millones de veces la >>>>>>>>