justo encima de nuestras cabezas. Todo el mundo ya se ha extasiado infinidad de veces ante la belleza, la grandeza, el misterio, de los cielos, pero no es ello razón para que uno mismo no descubra otra vez, y no sienta también, las mismas impresiones.
En el pueblito del cual nos estamos alejando ahora y que, de paso, se llama Valleyfield, en la costa noreste de Terra Nova, vimos dos maquetas de barcos de pesca con mástiles; cada uno, probablemente una representación de los barcos de pesca de antaño, un trabajo muy lindo, muy bien hecho, con todo lujo de detalles; de un tamaño de unos seis metros de proa a popa, y de unos tres metros y medio de la quilla a la punta de los mástiles. Nos hubiese gustado tomar una fotografía, pero no pudimos hacerlo porque, ayer, estábamos demasiado apurados para llegar a tiempo a la planta de salado - o será de pos-salado - y hoy, como partimos al amanecer, tampoco se pudo hacer. Mala suerte.
Ahora que el día se está levantando de verdad, parece que va a ser un lindo día, soleado como ayer.
Volviendo al tema del analfabetismo en países supuestamente superiores, ayer, cuando visitamos las oficinas de la Dirección General de Pescas, recogimos unos folletos sobre el tema, y qué encontramos - errores de ortografía e incluso errores de concepto en material que tendría que ser perfecto ya que, siendo material impreso, había todo el tiempo del mundo para corregirlo, y siendo material del gobierno, con más razón; no se puede decir que es algún garabato apurado de algún paisano de la zona; así que parece cada vez más que la sorpresa y la vergüenza del analfabetismo en Vespuccia apestan también aquí, en Canadá.
Hace rato, estamos atravesando lo que, en el mapa, figura como Parque Nacional de Terra Nova - escrito así, Terra Nova, en esta provincia, administrativamente Newfoundland o Terre-Neuve. Un bosque de extensiones kilométricas, hasta decakilométricas, de grandes coníferos bien formados; y tupidos. ¿Un fortín contra la codicia de las empresas madereras? Otra vez nos preguntamos dónde se esconden los bosques que sirven de materia prima a las fábricas de papel, cuando nosotros, por ahora, vimos más rocas que árboles.
Desde que llegamos a Terra Nova, varias veces nos hicimos ya el comentario de que, en una zona tan despoblada como aquí, no se ve vida animal alguna; lo más que vimos, hasta ahora, fue un par de cuervos que - podemos atestiguar - tienen el mismo color negro y la misma voz que todos los cuervos de la Tierra. Lo que trajo este comentario en este momento es que acabamos de ver nuestro primer alce; pero, hay que aclarar, en dibujo solamente, en un cartel de vialidad indicando que puede haber alces cruzando el camino. Quizás lleguemos a ver más vida animal real, más adelante. Fuera de broma, sabemos, por conversaciones con lugareños, que por aquí también tienen caribúes, y que, cuando empiezan las nieves, los caribúes migran, en cual oportunidad, la gente los caza.
Acercándonos al pueblo de Clarenville.