Durante nuestra visita, aprendimos por qué.
Porque resulta que no hace falta para todas las observaciones la totalidad del conjunto de antenas; para ciertas observaciones, hace falta solamente parte de las antenas, por lo que se puede llevar a cabo simultáneamente varias observaciones, cada una, utilizando parte de la red de antenas, y es en tales casos que parte de las antenas mira hacia un lado, y parte, hacia otro.
De todos modos, una vez que las ondas radiales emitidas por el objeto cósmico estudiado tropezaron con la parábola de las pantallas, pasa lo siguiente:
(• Cada pantalla concentra y refleja las ondas hacia un receptor hiperbólico.
(• Este receptor manda las ondas concentradas a un receptor electrónico, todavía dentro del armatoste de las pantallas; este receptor, en su funcionamiento, produciría un exceso de interferencias como para tapar las señales recibidas del cosmos; se obvia esta fuente de interferencias indeseables guardando dichos receptores en una friotura de -256ºC, casi el punto de congelamiento del hidrógeno.
(• Luego, y todavía dentro de la infraestructura de la antena, se amplifica las señales recibidas, varios millones de veces.
(• Recién luego de lo cual se las puede mandar de las pantallas al edificio central de observación; y ¿cómo se mandan?; de la manera la más increíble: por lo que, en esencia, es una cañería, una cañería forrada de cobre, que, si fuera utilizada para transmitir comunicaciones telefónicas, podría llevar hasta 600.000 llamadas telefónicas al mismo tiempo.
(• Una vez dentro del edificio del observatorio, las ondas radiales están sometidas a nuevas amplificaciones.
(• Y, finalmente, están codificadas en números palpables según la fuerza de cada señal.
Aquí, no se puede no hablar de las procesadoras del observatorio porque sin ellas, simplemente, no habría observatorio.
Estuvimos en el recinto de los equipos electrónicos, que son un eslabón entre las antenas y las procesadoras, y estuvimos en el recinto de las procesadoras.
En el recinto de los equipos electrónicos, francamente no hay nada muy entusiasmante para la vista; salvo lucecitas que destellan, se prenden y apagan, a velocidades vertiginosas.
En el recinto de las procesadoras, hay todavía menos a la vista, pero el interior de las procesadoras, y lo que las procesadoras hacen, es como para >>>>>>>>