Ah, nos íbamos a olvidar, ya que no existe un documento de identidad oficial, ¿qué pedían?; pues, el registro de manejar; éste es el documento que parece el más satisfactorio en la mayoría de los casos cuando hace falta comprobar la identidad, aun en casos que nada tienen que ver con manejar, como por ejemplo en el caso bancario.
Llegamos a Tierra Amarilla, más un paraje con unos edificios diseminados que un pueblo compacto.
Juntamente con los habitantes de otros pueblos del suroeste de Vespuccia, los de Tierra Amarilla están todavía hostiles y amargados por lo del gran robo de 1848. Cierta proporción de los habitantes de Tierra Amarilla es descendiente directa de José Manuel Martínez, recipiente de una merced de 240.000 hectáreas, del gobierno de México, en 1832.
Lo de la hostilidad, ya lo sabíamos antes de llegar a Tierra Amarilla, y es la razón por la cual venimos; pero, apenas llegados, la sentimos en carne propia.
Quisimos comprar nafta; fuimos a una de las tres estaciones de servicio pero notamos que la nafta tenía solamente 86,5 de octanaje, cuando lo común es 87, y más; fuimos, pues, a la segunda estación - pero, mismo octanaje; le preguntamos al encargado por qué, y éste, con un tono de voz que no dejaba duda en cuanto a sus sentimientos, nos ladró: "si no les gusta, nadie los obliga a comprar". Ahora estamos casi seguros de que nos hubiera tratado de otra manera si le hubiésemos hablado en castellano en vez de inglés.
Volvimos a la primera estación de servicio, pero como, mientras tanto, nos dimos cuenta de que todo el mundo habla castellano, empezamos a hablarle a la señora en castellano, y, como por milagro, se abrió una vía de comunicación.
Así, nos enteramos de
▪ que sí, efectivamente, están muy amargados por el gran robo;
▪ que sí, había habido un tiroteo revolucionario tan recientemente como en >>1967;
▪ que sí, naturalmente, quieren liberarse del opresor yanqui;
▪ pero que no, no quieren volver a ser parte de México;
▪ que sí, quieren volverse un estado independiente;
▪ que no, no quieren unirse necesariamente a las regiones adyacentes como >>Texas o Arizona;
▪ pero que sí, dichas regiones adyacentes también tendrían que volverse >>estados independientes.
No es extraño tal apego a la herencia cultural. Hay partes, en este suroeste de Vespuccia, donde la gente todavía habla el idioma de Cervantes - literalmente el idioma de Cervantes, o sea que habla todavía el castellano viejo.