análogas de grandes museos metropolitanos. En particular, vimos interesantes configuraciones de plumas, utilizando la técnica de combinar plumas de varios colores o tamaños o formas, y la técnica de recortar en dientes el reborde de las plumas de mayor tamaño.
Detrás de esta visión extraordinaria, hay un hombre, un solo hombre, él mismo, extraordinario. Además de ser un escultor sin preparación y con genio, capaz de mover el gobierno, y literalmente montañas, también construyó y manejó un tambo, un aserradero, crió vacunos y porcinos; ni siquiera es un paraborigen, es un Polaco, o por lo menos hijo de Polacos.
Murió, nos enteramos, un año menos once días antes de nuestra visita; pero él sabía que semejante obra tardaría más de lo que le quedaba de vida; así que durante largos años trabajó con su mujer, con sus hijos, los preparó como sus herederos espirituales; dejó centenares de páginas de planos detallados, y hoy, la mujer y seis de los diez hijos siguen creando la visión del escultor.
A la ceremonia de inauguración de los trabajos, en 1948, asistieron varios de los sobrevivientes de la victoria de Tashunca Vitco/Caballo Loco sobre Custer.
Incidentalmente, aprendimos aquí que aquel proyecto de las cuatro cabezas tuvo todavía más vacilaciones y cambios de lo apuntado anteriormente: hubo un momento, cuando se consideró solamente dos presidentes; y en otro momento, tres presidentes; y resulta que los cuatro de hoy no están terminados; según los planes, les faltan los torsos.
También en este sitio de Caballo Loco orográfico, vimos, créase o no, un auténtico sillón Luis XVI, un piano de cola de concierto, un querubín de 500 años de antigüedad, de la catedral de Florencia, hermosas reproducciones de muebles encontrados en la tumba de Tutankhamen, un arpa de concierto, y mucho más.
Ya no damos más, vamos a seguir mañana.
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Son las 6:30 de la mañana, y seguimos.
Después de lo de Crazy Horse/Caballo Loco/Tashunca Vitco, siendo dinamitado, seguimos el consejo del entrevistador de una de las dos estaciones de televisión de Rapid City y continuamos viaje hacia el sur por una cierta carretera que, efectivamente, resultó ser una carretera sumamente pintoresca - no para viajeros apurados, sino para gente que gusta de curvas en herradura y de agujas de granito lanzándose hacia el cielo por todos los lados.
Como esta Needles Highway
Justamente, mientras estamos anotando, nos reconoció cierta gente por habernos visto en la televisión. Charla.