> Se remueve esta capa debilitada con martillo y cincel.
> Paso final, se empareja la superficie definitiva con un pequeño martillo de aire comprimido.
Se calcula que, en el esculpido de este bajorrelieve, se removió así de la faz del cantil unas 450.000 toneladas de granito.
En los momentos de mayor actividad en la obra, trabajaban en ella hasta 35 obreros a la vez.
Por otra parte más, es interesante tomar esta obra como ejemplo de persistencia y sin embargo de adaptabilidad.
<> La primera idea de esculpir figuras gigantescas en el granito de las Lomas Negras no estaba basada en presidentes sino en figuras románticas del viejo Oeste; y no consideraba la utilización de esta pared de granito, sino varias agujas de granito en otro lugar; y no era del agrado de la opinión pública.
<> Fue solamente luego, que se pasó a la idea de los presidentes; que se eligió un nuevo lugar; y que, poco a poco, la opinión pública aceptó la idea.
<> Tampoco es la presente agrupación de las cuatro cabezas la original; cuando se empezó a esculpir el granito de acuerdo al ensamblaje original, se descubrió fallas que imposibilitaban la ejecución de los planes, por lo que hubo que cambiar la disposición de las cabezas - y cambiarlas nueve veces - hasta que, finalmente, se llegó a lo que se ve hoy.
<> También, si bien los trabajos se podrían haber terminado en seis años y medio, en la práctica, se estiraron a 14 años, más del doble, por falta de dinero y por mal tiempo.
Claro que, mirando este bajorrelieve, enriquece acordarse de que, en Persépolis, en las afueras de Persépolis, en la serranía de nombre algo como Kuh-i Husein, hay un acantilado de 65 metros de altura, y mucho más de longitud, con restos de grandes relieves, del siglo XVII - ah pero no d.C. sino a.C. Nombre del lugar: Naqsh-i Rustam, o Rustem, algo así. Lo que ciertamente agrega una nueva perspectiva a este relieve.
El comentario siguiente, como el primero, se refiere específicamente al espíritu vespucciano. No es posible observar esta obra sin enterarse de cuántos dólares costó. Nos preguntamos cuántos dólares costaron las Pirámides, el Partenón o la Pietà, o Tikal, o Machu Picchu.
Finalmente, durante nuestra estadía, de quizás quince minutos, fuimos tantas veces agredidos por el uso, en los comentarios propalados por altoparlantes, de las palabras América y Americanos como si éste país fuera la única América y sus habitantes los únicos Americanos, que se nos ocurrió que este bastión de >>>>>>>>