lugar donde tendrán un compresor que funcione, que tenga capacidad hasta incluir 65 libras, un manómetro que funcione, que tenga capacidad hasta incluir 65 libras, y una manguera que se ajuste a nuestras válvulas.

De todos modos, ahora estamos apuntando a Terra Nova. Ya pasaron cinco horas de travesía y todavía falta una hora y media - una hora según el horario previsto, y media hora de atraso.

Resulta siendo una travesía sumamente cansadora. El buque, si bien bastante grande, vibra intensamente en todo su ser por las repercusiones de sus máquinas. El aire adentro está muy pesado, falta aire fresco, pero hace demasiado frío afuera. Si bien el mar, de apariencia, se ve bastante tranquilo, debe de haber bastante olaje de fondo porque el barco se mueve de manera muy perceptible. Y estamos envejeciendo de media hora más rápido que el reloj: en Terra Nova, será otra zona horaria - y, muy curiosamente, con una diferencia no de una hora como es la norma sino, según ya mencionamos, de sólo media hora. Cuando desembarquemos, lo único que querremos hacer será meter el vehículo en el primer agujero donde quepe y dormir todo lo que podamos.

¡Ah! Otra palabra universalmente utilizada pero que no nos entra en la cabeza. Un barco. Subir a un barco. Embarcar. Bien. Pero, para bajar, salir, de un barco ¿por qué dar más vueltas que un perro para sus necesidades, por qué des-em-barcar, por qué no desbarcar o, simplemente, debarcar? Si el francés es capaz de semejante hazaña, ¿por qué no el castellano? Embarcamos en Nova Scotia, debarcaremos en Terra Nova (si no nos hundimos).  ¿No es más elegante?

En resumen, una travesía bastante desagradable y agotadora. Lo único bueno, si es que algo puede compensar lo anterior, es que, debido a la temporada, el buque está prácticamente vacío, lo tenemos prácticamente todo para nosotros; apenas si hay una docena de pasajeros en un lugar previsto para varios centenares.  De todos modos, ojalá termine rápido esta penitencia.

Port-aux-Basques.

Tuvimos la grandísima suerte de poder estacionar nuestro vehículo a tan sólo cien metros del de(sem)barcadero. Comimos unas manzanas con frutas secas (higos, dátiles, damascos, duraznos, peras, ananás, papayas) - qué delicia, refresco y revigorización, esta mezcla de frutas jugosas y frutas secas - y, en seguida, a dormir.

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Hoy, acabamos de despertarnos con un tiempo que es la perfecta ilustración, no sabemos si del verdadero clima endémico de Terra Nova, pero sí del clima que uno se imagina que sería de Terra Nova: lluvia fortísima, vientos muy fuertes >>>>>>>>