agua en la mina, hubo que tener paciencia y fe 300 días para verla reemerger; largo suspenso; hoy ya ni se piensa en eso; permanentemente entra agua en la mina y permanentemente sale solución, de la mina, y no tiene importancia que la solución de hoy sea el agua de 300 días atrás.
~~ Para sacar la potasa de la solución, lo primero que hay que hacer es eliminar gran parte del agua para obtener un concentrado; esto, esta empresa lo hace de la exacta manera como lo hubieran hecho nuestros abuelos: coloca la solución de potasa en grandes lagunas artificiales, de una superficie total de 160 hectáreas, parte de las cuales vimos desde nuestro observatorio, y tranquilamente espera que el Sol haga su trabajo de evaporación, lo que esta empresa, naturalmente, celebra como una proeza de la moderna tecnología de energía solar; el fondo de estas lagunas está cubierto por una capa de plástico para impedir que la solución de potasa contamine el terreno. Y así, la empresa se ufana de que no produce, por lo menos hasta este punto, ninguna contaminación: con el plástico, se impide la contaminación del terreno, con la evaporación por acción solar, no se produce contaminación del aire, y al contrario se devuelve al ambiente, en forma de vapor limpio, el agua sucia tomada del río.
~~~ Pero, como los yacimientos no son de potasa pura sino de potasa y sal, y como la sal también es soluble en agua, el concentrado es, en realidad, de potasa y sal.
Aquí, interviene nuestro viejo conocido encontrado tanto en la mina de cobre como en la mina de plata, y otros lugares de separación de materiales por medio de flotación, burbujas de aire, y un producto químico.
Así que, finalmente, se consigue la sal por un lado y la potasa por el otro.
Así, de esta manera "novedosa", esta empresa reduce la contaminación a un mínimo, reduce el trabajo a un mínimo, ahorra unos 114 millones de metros cúbicos de gas natural por año, y produce entre 1.000 toneladas y 1.200 toneladas de potasa por día, la que, en su casi totalidad, se unirá a nitrógeno y fósforo para crear el fertilizante que se estima necesario en la producción agricultural.
El paraje donde estamos, del Caballo Muerto, no suena muy idílico, pero no nos quejemos; un poco más al oeste, hay un Horsethief Point, del Ladrón de Caballos, y un tranco más allá, quizás no tan sorprendentemente, hay un Deadman Point, del Hombre Muerto - del otro lado de un Hell Roaring Canyon, algo así como Cañón de Todos Los Demonios. ¿Qué realidades reflejan estos topónimos?
Terminado esto, se nos presenta un dilema. ¿Seguir hacia nuevos rumbos, o volver a los arcos - que no están tan lejos de aquí - para la vista, de cerca, de aquel arco?
No fue fácil decidir porque, por un lado, estamos tan atrasados que la situación se está volviendo otra vez desesperada, pero, por otro lado, nos >>>>>>>>