También se ocupó de heredad humana. Ya que se encontraba rodeado de personas sordas, la pregunta que le interesaba era: quién es susceptible de tener hijos sordos. En realidad, se puede decir que, como contrapunto a todas sus actividades a lo largo de su vida, Bell le dio atención preferente a la comunicación con, y a la enseñanza de, sordos; ello, posiblemente, por el ejemplo de su padre, quien había inventado un llamado alfabeto visible para comunicación con los sordos.
En resumen, fue sumamente instructiva esta visita a este museo, donde se puede admirar muchos de los aparatos de los experimentos de Alexander Graham Bell, desde su primerísimo teléfono hasta el alíscafo de 4,5 toneladas. Conviene tener presente que Bell, de nacimiento, no era ni vespucciano ni canadiense sino escocés.
Una última nota en cuanto al museo de Graham Bell. Sus horas de atención al público: en invierno, de las 9 a las 17, y en verano, de las 9 hasta las 21 horas - y ello, todos los días de la semana. ¿Habrá otro museo en alguna parte con tan largo horario?
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De Baddeck a North Sydney; donde tomaremos un transbordador a Terra Nova.
Así estamos terminando nuestro recorrido del ex-territorio de los ex-Micmacs. Aquellos, de los glifos egipcios ordinarios entre sus glifos propios.
¿Qué pensar de todo lo que escuchamos allá, en Mystery Hill? Salvo que se trate de falsificación, la analogía entre los glifos de conceptos abstractos, micmacs y egipcios, es tan hermética que realmente parece tener una sola explicación, aun cuando no se sepa explicar la explicación. Y en cuanto a todo lo demás, ¿quién sabe?; quién sabe, de todo lo que escuchamos, cuánto está chiflado, cuánto está errado, y cuánto - quizás - cierto; pensando en cuántas afirmaciones ortodoxas ya resultaron falsas, y cuántas ponencias ridiculizadas ya resultaron vindicadas.
Vimos la palabra Micmac también escrita Mi'kmaq. ¿Reflejo de la verdadera estructura de la denominación?
Es de notar que, en Nova Scotia, hay más de "escocés" que lo de Scotia en el nombre, y que las sierras físicamente deslizadas desde Escocia; también hay Nova Scotienses que todavía insisten en hablar gaélico, si bien probablemente no sueñan que están pisando sierras del viejo terruño.
Por otra parte, no de Escocia sino de la provincia francesa de Normandía provienen los Acadienses - que todavía hoy representan doce por ciento de la >>>>>>>>