peligro difuso. La zona de Durango, cerca al este de Mesa Verde y de Cortez, fue víctima de polvo radioactivo traído por fuerza eólica - incidentalmente, tan sólo 15/oo menos radioactivo, que el mineral de uranio original; ¿y dónde está el límite de los caprichos del viento?
Menos mal que nuestro derrotero se está inclinando desde dirección norte hacia dirección noroeste y que, así, va a evitar tres otros de los tantos focos, de una manera u otra, de radioactividad en estas partes de Vespuccia; en este caso, tres enclaves para alguna actividad nuclear del gobierno.
Salimos del estado de Colorado, por lo menos por ahora; estamos otra vez en el estado de Aquellos-Que-Viven-En-Los-Altos, o sea Utah, que es lo que esta palabra indígena significa; otra vez, tenemos ante nuestros ojos el conocido panorama de acantilados rojizos. Naturalmente, desaparecieron los campos. Parece que hay que elegir: o llenarse la vista o llenarse el buche.
Recorrimos y observamos el parque nacional Los Arcos.
Es un parque con mucho espacio vacío, con muchas formaciones rocosas de interés vario pero que nada tienen que ver con arcos; y finalmente, hay también arcos.
Según la compilación oficial, más de 200 arcos - desde un metro de apertura hasta un ejemplar de 32 metros de altura y 89 metros de luz de base. Pero la realidad práctica es mucho menos substancial. Si hay una veintena de arcos con bastante interés como para cautivar la vista del visitante, es todo; en su mayoría, ningún arco se merece individualmente un viaje largo para verlo.
Puede ser que ésta sea la mayor concentración de arcos naturales de la Tierra, o, como dicen los Vespuccianos, en el mundo, como si supieran qué arcos hay o no hay del otro lado de este o aquel cuerpo celeste, pero, en cuanto a muchos de los arcos, no es convincente que sean realmente arcos: algunos se parecen más a un gran agujero en una pared. El arco que se ostenta como el más grande arco de la Tierra, inclusive se puede decir que, simplemente, no es un arco - se asemeja mucho más a un travesaño torcido, con sus dos puntas apoyadas en dos paredes vecinas.
Como aquí
Los tres únicos arcos que a nosotros nos parecen ser verdaderamente arcos, y además ser de interés evidente, son, por una parte, en un conjunto siamés se podría decir, dos arcos con un pie en común para ambos arcos y en una angulación de 60 grados en relación uno con el otro; y por otra parte, un arco esbelto, de grosor variable, inclusive con una estrangulación en su cuerpo - en una palabra, un arco Delicado, que es el nombre que le fue dado.
¡Qué pequeño se volvió Karel!
Hay, empero, algo que ni siquiera es un arco pero que es de más interés que muchos de los llamados arcos; es un conjunto de cinco futuros arcos, esbozados uno al lado de los otros, en una pared en forma de anfiteatro.