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chispa inventiva de algún precursor, y además fue guiado, en base a los esfuerzos del precursor, en cuanto a qué hacer diferente o qué evitar por completo - ventaja que el precursor en terreno virgen no tenía. Por ejemplo, 

• Edison y su fonógrafo - pero hubo Cros; 
• Edison  y  su luz eléctrica - pero hubo  Hauksbee y  muchos otros en los 174
  años anteriores; 
• Morse y su telégrafo - pero hubo Cooke, y Wheatstone y Steinheil; 
• Darwin  y  su evolución - pero hubo Wallace, y ... otro Darwin, Erasmus, ...
  el propio abuelo del mitificado Charles/Carlos; 
• McCormick y su cosechadora - pero hubo Hussey; 
• Leibnitz y Newton, y su calculus - pero hubo de Fermat; 
• los hermanos Wright y su aeroplano - pero hubo Dumont; 
• y así se podría seguir - pero sería otro tema.

Volviendo al teléfono, hay que especificar "teléfono eléctrico". Porque la idea de transmitir y recibir sonidos de manera controlada y por un medio no audible entre el punto de transmisión y el punto de recepción ya era el jueguito de otros espíritus inquietos en el curso de varias décadas anteriores: en 1830, un Wheatstone ya hacía ensayos de transmisión de sonido por medio de ... varillas de madera.

Hasta se puede decir que, cuando Alexander Graham Bell inventó su teléfono, ni siquiera estaba tratando de inventarlo; según el propio museo que acabamos de visitar, la cosa pasó así: en un momento cuando Bell y su asistente estaban experimentando con un telégrafo múltiple, su asistente tocó accidentalmente la lengüeta de transmisión de la línea, y la vibración de la lengüeta moduló bastante electricidad como para activar el receptor en la punta de la línea donde se encontraba Bell; y si tan leve vibración podía haber modulado corriente eléctrica de manera perceptible, entonces seguramente las pulsaciones de la voz también podrían hacerlo; y es así que Graham Bell consiguió su teléfono, por accidente - así como muchas otras invenciones fueron conseguidas por accidente.

Hasta su famoso primer llamado telefónico a su asistente, de una habitación a la otra, no fue un experimento planeado sino que, como Bell había derramado, por accidente, ácido sobre su ropa, empezó a gritar para pedir ayuda - y esos gritos fueron los que pasaron por la línea telefónica hasta la habitación donde estaba el asistente, sin que ello hubiese sido la intención.

Lo que sí se puede aceptar sin mucha tergiversación es que Graham Bell, de apellido sin duda como predestinado, le dio a la idea del teléfono una forma tan práctica que se volvió parte diaria de la humanidad; se puede decir que Alexander Graham Bell fue para el teléfono lo que Cristóbal Colón fue para América, o Edison para la bombilla incandescente: no fueron primeros, pero sí introdujeron cada una de las latencias en la práctica diaria de la humanidad.

Es interesante leer las instrucciones dadas a los primeros usuarios de los teléfonos.  "Teléfonos son para comunicaciones a distancias de no más de 30 >>>>>>>>