maravilla, quizás porque las plantas vecinas que no lo dejaban crecer desaparecieron por alguna razón, dándole más espacio vital, o puede haber sido un cambio de humedad, pasando de años más secos a años más húmedos;
Ø luego, este árbol tuvo un accidente, algo lo golpeó fuertemente, dejando una marca negra en el lugar del impacto;
Ø y los círculos subsiguientes a la herida muestran que le tardó a este árbol unos siete años para resorber la herida parcialmente, y siete años para reponerse completamente del percance y tener otra vez sus círculos anuales intactos y completos;
Ø y así sucesivamente hasta llegar al último círculo, cerca de la corteza, año de la muerte de este árbol.
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Hoy, después de varios quehaceres, emprendimos viaje con otro cambio de dirección; hacia el norte, hacia Moscú; Moscú, Idaho, naturalmente; y escrito Moscow. En Vespuccia, hay centenares de pueblos - - - ah, pero, momento ¿qué es eso?
¿Moscú? Sí, Moscú, Idaho
Estamos encarrilados en una subida bastante empinada y que parece no tener fin. Primero, vamos a ver a dónde nos lleva esto.
Después de ir elevándonos como en un funicular, con el panorama ensanchándose por kilómetros, por cada metro recorrido, llegamos a un punto que, según nuestro altímetro, se encuentra 560 metros más arriba que el pueblo de Lewiston de donde salimos; de aquí, se puede divisar partes de cinco estados, Idaho, donde estamos, y los de Washington, Oregon, Montana y aun Wyoming; pero esto es de interés más bien platónico. Lo interesante, sorpresivo y novedoso es la maraña de curvas del camino que dejamos entre Lewiston y nosotros, camino que parece, en la distancia, como de juguete, pero que es ruta de verdad, nos consta.
Hablando de Moscú, íbamos a decir que, en Vespuccia, hay centenares de pueblos tocayos de pueblos de muchos otros países; hay Pekín y Cairo, hay Lima y Viena; entre la multitud de tales nombres, uno que nunca aparece en los mapas es el de Buenos Aires.
Mientras tanto, pasamos Moscú; y seguimos hacia el norte. La vegetación va cambiando; los tipos áridos están cada vez más interrumpidos por bosques de pinos. Los pinos nos hacen sentir enriquecidos por nuestra visita de ayer.
Hay que repetir que es notable el empeño por aquí de cultivar tierras tan áridas y onduladas; y, por lo que vemos, con bastante éxito. Ahora, son campos de cereales - amarillos y dorados como corresponde en esta época del año. Vimos un anuncio de que, en el pueblo de Kendrick, una estanzuela de 154 >>>>>>>>