de rosado oscuro; ya vimos rocas de color en otras partes, pero con semejante intensidad, como pintadas a mano, nunca.
Desde que salimos a estas extensiones desérticas, no dejó de soplar un fuerte viento y sigue soplando ahora.
Anocheció totalmente.
Božka llamó a Karel fuera del vehículo para compartir con él la siempre renovada maravilla de la inmedible bóveda celeste nocturna.
Sí, fue, y es, como siempre lo es, increíble, inmedible; además, hoy, vimos muy claramente nuestra propia galaxia, y algún objeto que debía de ser un planeta cerca del horizonte, tan grande que se presentaba no como un punto luminoso sino literalmente como un pequeño disco perfectamente visible. Cuántas maravillas en el cielo, en diferentes lugares y diferentes tiempos; las lúminas circumpolares, el Sol - o por lo menos la luz solar - las 24 horas del día y de la noche mes tras mes, las puestas de Sol, y ahora, esta visión incomprensible.
Vamos a dormir humildemente.
Pequeño P.S. para hoy. ¿Cómo se las arregla un águila para comer pescado sin tener la incomodidad de pescarlo? Simplemente, dejando un pájaro acuático pescarlo, asustando luego a éste para que largue su presa, y mientras la presa cae, agarrándola literalmente al vuelo. Por lo menos, es así que hacen ciertas águilas cuando se instalan en esta zona.
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Esta mañana, nos despertamos con los primeros albores, justo para ver el hilo tenue de la Luna milagrosamente inciso en el cielo, y los primeros rayos de Sol iluminando los colores aquellos de los farallones; y son colores, hay que repetirlo, absolutamente extraordinarios, un amarillo vívido tipo azufre y un herrumbre, que parecen, pintados a pincel, o llovidos en la superficie de la roca, más que parte de la roca misma. Bastante extraordinario.
Llegamos al lugar llamado Steamboat Rock, cerca del cual, según nuestra información, tendría que haber los restos de las cataratas de la mitad septentrional de la culí, las más grandes cataratas que jamás existieron, que se sepa, en la Tierra: 5 veces más altas que las de Niagara, y 7,5 veces más anchas que las de Niagara. No vemos tal cosa.
Hablamos con un lugareño entendido, algo como el historiador del lugar; y éste nos dijo que nunca había escuchado tal cosa y que, por el ancho y la >>>>>>>>>>>>>>>>