oficial colocado en la pared, según el cual personas que dan a menores de diecinueve años vino para beber son pasibles de penalidades de acuerdo a la ley. Naturalmente, cerveza también está bajo todas estas mismas limitaciones.
Qué tanto lío
Vemos Halifax de noche - o, mejor dicho, de tarde pero ya a oscuras; desde el puente que une dicha ciudad a su hermana del otro lado del brazo de mar, Dartmouth; y así, de arriba, la ciudad con sus luces parece bastante linda; pero por experiencia sabemos que todas las ciudades, en cualquier parte, tienen el mismo aspecto atractivo cuando vistas de noche con todas las luces prendidas.
. .
*
▪
Hoy es el 11 de noviembre, día que aquí llaman Día del Recuerdo, Remembrance Day; y Canadá tiene de qué acordarse: en la Guerra Mundial I, Canadá perdió tantos soldados como Vespuccia - con una población diez veces menor, o sea que, en proporción, perdió diez veces más soldados que Vespuccia. Feriado nacional; todo va a estar cerrado. Nosotros queríamos visitar el museo del inventor Bell, en la ciudad de Baddeck, lo que probablemente resultará, así, imposible.
Ya que siempre tenemos quehaceres para poner al día en nuestro vehículo, decidimos quedarnos, hoy, en este mismo, muy lindo, lugar donde pernoctamos, a la entrada de un parque provincial en los bosques. Es un día hermoso - 0 grado centígrado, el cielo, azul de punta a punta, no hay viento; un tiempo magnífico.
Entre los quehaceres, observaciones que no tuvimos el tiempo de anotar cuando oportuno. Entre paréntesis, no terminamos de asombrarnos, una y otra vez, ante la actividad febril a la cual estamos sometidos en esta Expedición.
•⇔• Una cosa que no tuvimos el tiempo de mencionar es los billetes de banco de Canadá.
Después de los billetes de banco vespuccianos, los canadienses son un verdadero placer para la vista. En Vespuccia, todos tienen el mismo aspecto, el mismo color verde. Aquí, cada billete es un arco iris diferente, un diferente calidoscopio de colores y dibujos, un diferente imán para los ojos. Lo único malo en los billetes canadienses - así como en los billetes vespuccianos - es que todos tienen el mismo tamaño, por lo que hay que ir fijándose en el valor impreso porque éste no se puede reconocer por la diferencia de tamaño; lo que, para la gente vidente, es quizás sólo un pequeño inconveniente, pero cómo se las arreglan las personas ciegas, no sabemos. En muchos países, tienen billetes de varios tamaños a más de varios colores; por qué no es así en Canadá y en Vespuccia, no sabemos. Quizás sea otro aspecto de la tan reverada uniformización.