entrevistas: una, en la televisión de la CBC en su programa en inglés, otra, en la misma televisión de CBC pero en su programa en francés, y una tercera, en la radio de la CBC.
Algo a lo cual estuvimos expuestos desde el principio mismo de esta Expedición, pero que recién ahora nos empuja a mencionarlo, quizás por pura saturación, es la manera de indicar los precios, tanto en Vespuccia como aquí, en Canadá. Están indicados por una secuencia de números - y uno tiene que adivinar, por evidencias circunstanciales, qué quiere significar.
Por ejemplo, recién tuvimos un precio indicado como $ 391. Eso podía indicar 3 dólares 91 centavos, y también podía indicar 391 dólares; (no podría indicar 39 dólares 1 centavo, porque éste no es un precio "psicológico"); hay que adivinar cuál de los dos precios es, por el tipo de mercadería: si se trata de algo ordinario, probablemente será 3 dólares 91, y si se trata de un artículo más importante, probablemente será 391 dólares, y si uno no tiene la menor noción del orden de precio de la mercadería, se queda en ayunas. Y con una secuencia de números como, por ejemplo, $ 399, habría la tercera posibilidad, 39 dólares 90 centavos, para complicar la delicia. Entonces: ¿3,99; 39,9; ó 399 dólares?
Pregunta: ¿qué precio tiene una habitación de motel indicada $ 1800, según tenemos la fotografía?
Este fenómeno es solamente un aspecto del fenómeno más amplio de que, especialmente en Vespuccia, la gente no tiene la apreciación del detalle, de una buena terminación.
^ Por ejemplo, cuántas mujeres llevan una prenda o un pañuelo, con la etiqueta indicando su composición y su lavado todavía puesta y colgando hacia afuera de la prenda.
^ Por ejemplo, en las construcciones, rusticidad es una disculpa para mediocridad de terminación; en muchos casos, para evitarse el trabajo de hacer un revoque liso y prolijo, lo lanzan sobre la pared y lo dejan tal como cae para ahorrarse el trabajo, la habilidad y el costo, de alisarlo - y lo presentan como virtud.
^ Cuántas veces, cuando un coche está chocado, se le reemplaza la parte chocada por una parte sana de otro coche chocado y ni se toma la pena de pintar la parte sana injertada al tono con el color del coche arreglado - así, hemos visto coches con su color básico, una puerta, de otro color, un guardabarro, de otro color, y quizás otro guardabarro, de otro color más; y así la gente anda, no como solución temporaria a la espera de hacerlo pintar todo, sino como solución permanente.
^ Cuántas veces, el precio de una mercadería está indicado en la mercadería misma, con tinta indeleble, así que todo el tiempo que uno utiliza un objeto, no puede olvidarse del precio que pagó - y cuando se trata de libros, ello puede ser para siempre.