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casas de departamentos bajas; todo el conjunto, muy nuevecito, limpio, prolijo. Además, el terreno está ondulado, lo que agrega al carácter atractivo del conjunto.

Desde Dawson Creek, habíamos empezado a notar cierta cantidad de algo que se puede llamar solamente murales ambulantes. Se trata de camionetas, con fantásticos dibujos alegóricos a todo color y sumamente bien hechos cubriendo toda la superficie de los costados y, a veces, hasta de la parte trasera, de las camionetas, y del motor también. Y ahora, parece que Edmonton es la Meca de dichas obras de arte ambulantes.  Aquí, se las ve en números crecidos.

Hablamos con un dueño de tales murales sobre ruedas, y así nos enteramos de que su costo puede representar fácilmente un 25/oo del costo total del automotor mismo. Los dueños de tales cuadros ambulantes deben de ser conductores cuidadosos y deben de tener una fe ciega en el cuidado de los demás conductores. No hay duda de que agregan a la amenidad de la vida callejera; hasta se puede decir que hacen las veces de las esculturas y otros adornos urbanos, de otras latitudes y de otras épocas.

Un aspecto - que es difícil de llamar de otra manera que chiflado - de la organización del estacionamiento en Edmonton es que los parquímetros callejeros no van por tantos minutos o por fracciones de hora, sino que, por una cierta moneda, le dan a uno un estacionamiento de 7 minutos ... y 30 segundos, y por una moneda mayor, un estacionamiento de exactamente 18 minutos y ... 45 segundos, ni un segundo más, ni un segundo menos. Por qué, es una pregunta que ha de quedarse sin respuesta.

Por otra parte, por más limpia, nítida y bien educada que parece Edmonton, es sin embargo una ciudad con defectos de ciudades: esta mañana, mientras nos preparábamos, escuchamos, desde nuestro lugarcito campestre, un aparentemente interminable aullido múltiple de vehículos de emergencia.

¿Por qué será que, en ciudades grandes, sirenas de emergencia son una parte inevitable de la vida diaria, y no así en las ciudades pequeñas, ni siquiera en proporción? ¿Será que la gente que se acumula en ciudades grandes es un rebaño de inútiles que no saben cuidarse a sí mismos, o será que las condiciones mismas de una ciudad grande son desproporcionadamente propensas a dificultades en comparación con las ciudades chicas o los pueblos, o será que, en otro despliegue de aquel espíritu de teatralidad o de infantilismo ya observado, como se quiera llamarlo, las reacciones son desproporcionadas a los hechos? - Una vez, vimos bomberos convergiendo de todos los lados hacia un cierto lugar para apagar - ¿qué? un pequeño fueguito más humeante que llameante en un cesto público de basura, sin peligro para nadie y para nada.

Hoy, también vimos un desfile que, por esencia, no será exclusivo de Edmonton, pero que a nosotros nos tocó ver aquí: un tren de carga - con lo que ello sugiere en cuanto a su largo - repleto, sobre tres pisos, de coches - coche >>>>>>>>