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Todo cuanto no nos explica cómo y por qué los agrícolas de esta comarca tienen tanto interés en pianos.

Como punto final a esta visita inesperada e interesante, la señora nos regaló un pepino, zanahorias y el único tomate maduro que tenía en su huerta. El sabor de estas verduras es un deleite que ni los más refinados citadinos se imaginan que pueda existir.

Hay un crecido número de topónimos franceses, pero no en base a exploraciones por los primeros Franceses coloniales sino en base a migraciones internas más recientes dentro de Canadá.

Por otra parte, esta presencia no-angla en Alberta es solamente un ingrediente de la gran diversidad étnica en las tres provincias de la pampa canadiense, la mayor diversidad de etnias en todo Canadá, con núcleos de Polacos, Germanos (de ... Rusia), Escandinavos, Holandeses, Austríacos, Lituanos, Checos, Húngaros, Ukraínos (y no Ukranios como se acostumbra sin fundamento en castellano); todo lo cual pasaba desapercibido - hasta cuando entró en vigencia el bilingüismo inglés-francés, oportunidad cuando se arguyó la inclusión del idioma ukraíno como uno de los idiomas oficiales de Canadá.

Nos estamos acercando al Lesser Slave Lake. Después de haber visto el Gran Lago Slave, vamos a ver el Lago Slave Menor.

Por alguna razón, las grandes pampas cultivadas dieron paso a un terreno ligeramente ondulado cubierto de bosques, tanto coníferos como follíferos.

Nos estamos acercando al pueblo de Athabasca. Otra vez están emergiendo campos cultivados de entre los bosques. La razón está muy en evidencia: los bosques están siendo desmontados en gran escala. Nos preguntamos por qué se critica tanto al Brasil por desmontar sus bosques cuando nadie critica, siquiera menciona, que aquí pasa lo mismo, y que en Europa, ya hace siglos, pasó lo mismo, con la misma consiguiente pérdida de oxígeno para la atmósfera.

Parece que, al doblar después de Athabasca para el norte hacia Fort McMurray, salimos de los límites septentrionales de las pampas agriculturales del centro de Canadá y volvimos a encontrarnos con un ambiente que conocemos muy bien de tanto viajar por el norte: bosques mixtos de agujas y de hojas, cambiando de tamaño y de densidad según el tipo de terreno, con, a veces, extensiones calcinadas; todo ello, puntuado por lagos y ciénagas.

En tal ambiente vamos a pernoctar.  Cerca del paralelo 56.

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