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baja de la loma, en vez de ver la carretera subiendo, uno la ve también bajando; y uno juraría que la carretera va bajando cuando supuestamente tiene que bajar, y juraría que la carretera va bajando cuando supuestamente tiene que subir, todo en el mismo trecho, lo que, naturalmente, es una imposibilidad. Lo que hicimos, pues, fue tomar un nivel y recorrer la supuesta loma en una dirección y en la otra dirección, fijándonos bien en el nivel, y así llegamos a la conclusión de que la pretendida loma "subiendo" es, en realidad, una loma bajando y de que por eso es que los coches pueden rodar "cuesta arriba" sin el motor prendido - y sin magnetismo.

Un aspecto psicológico interesante de este fenómeno es lo que le pasa a la gente que recorre este supuesto aclive a pie, porque, en este caso, la gente cree, honestamente cree, que está subiendo, pero sus piernas saben que bajan, y, naturalmente, eso crea una sensación rara y misteriosa debida a la disociación entre la convicción de la cabeza y la realidad de las piernas. En resumidas cuentas, todo se reduce a una ilusión óptica. Nosotros mismos, en otras partes, algunas veces observamos que, en cierto tipo de terreno desigual, un pequeño ojo de agua puede parecer un poco fuera de la horizontal.

Mientras estábamos con esta loma magnética - perdón, hipnótica - cayeron los primeros granitos de nieve; ni siquiera fueron copos, pero nos hicieron tomar sobria consciencia de lo que nos está esperando más adelante.

Nos estamos acercando al deslinde entre esta provincia de New Brunswick y la provincia de Nova Scotia. La carretera está pavimentada de color rosa oscuro, pero no sabemos por qué. Hablando de pavimento, hace un rato, estábamos comentando que por más buenas que sean las buenas carreteras de Vespuccia, por alguna razón parece que las carreteras de Canadá, por lo menos las que vimos hasta ahora, parecen más aterciopeladas, más suaves, y por lo tanto brindan un mejor andar.

Este New Brunswick no fue siempre lo que es hoy. En 1690, era parte de una región llamada Acadia, juntamente con Nova Scotia y con una parte no determinada de lo que, hoy, es Maine.

Un aspecto poco conocido de New Brunswick es que, en un alto porcentaje, la población es francófona. Más o menos 39%. Uno siempre piensa en Québec cuando piensa en francófonos, pero parece que aquí los hay bastante también.

Un aspecto sorprendente de New Brunswick - si se toma en cuenta que tiene un sinuoso contacto con el mar, y que una de sus grandes bahías se llama Chaleur Bay (¡mezcla de francés e inglés!) o sea bahía del Calor - es que sus inviernos son duros y con mucha nieve.

En nuestra curiosidad por comidas locales, hemos comprado un poco de jarabe de maple (arce).  El jarabe de maple es un producto local, pero no solamente de >>>>>>>>