Es esta plataforma de hielo marino costanero un gigantesco vivero de inmensas islas flotantes que ya ni se puede llamar témpanos, islas que flotan a la deriva durante muchas décadas, y que sirven de bases, lentamente movedizas, para muchos laboratorios científicos de varios países.
Este vivero de islas flotantes es el Ward Hunt Ice Shelf.
El otro tipo de hielo es el remanente de los grandes campos de hielos de las últimas glaciaciones geológicas, con un espesor de hasta 900 metros y una edad de unos 10.000 años.
A comparar con el espesor de hielo en vecina Groenlandia, alcanzando, en varios sitios, profundidades alrededor de los 3.000 metros, con una profundidad máxima conocida, hasta ahora, en los 3.300 metros de espesor.
De todos modos, espesor notable; y de un peso tal que hunde y mantiene doblegada la costra terrestre local por debajo de la curvatura que tendría que tener; de manera que, en caso de un calentamiento del clima - muy posible, ya sea geológico, quién sabe cuándo, o humano a causa de contaminación del aire, en un futuro más apremiante - y en caso del consiguiente deshielo y del consiguiente alivio de peso, toda esta topografía se alzaría hasta recobrar su curvatura y altitud normales dentro del equilibrio general del globo terráqueo.
Pero esas cosas pueden tardar mucho en términos de vidas humanas. Como ilustración, se calcula que el derretimiento del hielo de la última glaciación - en latitudes y altitudes más bajas, o sea más benignas, que ahora aquí - tardó algo de 4.000 años, desde, entre 12 a 10.000 años atrás, hasta entre 8 y 6.000 años atrás.
Finalmente, terminó la visión extraterrestre de la capa de hielo continental Agassiz. Tiempo para otra temática.
A la izquierda de nuestra línea de vuelo, se encontraba, alrededor del lago Hazen, el microclima congénere del microclima de Eureka. Al respecto, se presentan una pregunta y un dilema.
La pregunta - y su respuesta. ¿A qué se debe una tal zona de semi-desolación en el entorno circundante de desolación? A un arco de sierras, con su parte concava dirigida hacia el sur, captando los rayos del Sol y concentrándolos sobre la zona como un verdadero reflector.
El dilema. Como ya mencionado, se habla de declarar estos dos microclimas parques nacionales del Alto Artico, se supone que como protección. Pero existe un dilema sin solución. Lo malo del asunto es que, mientras la zona está sin glorificación oficial, vienen sólo individuos generalmente respetuosos del entorno, mientras que, con el campanazo de una declaración oficial, allí irán turistas - aunque sólo sea en un límite de 50 a 60 por año, según se dice - a tirar su basura y arruinar el frágil ambiente ártico por su sola acumulación en grupos.