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dos ventisqueros se juntan, incluso las frontales - todo ello, ahora, lo vemos, no en diagramas, no en un libro, sino al natural, en dimensiones y complejidades inimaginables si no se las ve.

Fue la parte sureste de la isla Axel Heiberg.

Estamos ahora encima del seno de Eureka; naturalmente, cubierto de una tupida capa de hielos flotantes; y estamos bajando hacia el campamento de Eureka.

En Eureka - latitud 80, más al norte que el polo norte geomagnético, mucho más al norte que el punto semi-magnético norte, el de las brújulas, más al norte que cualquier tierra continental firme, y a 10º del polo norte geográfico - hay un campo de aterrizaje de tierra, una estación meteorológica, grandes cantidades de tambores de nafta a lo largo de la pista, traídos una vez al año por mar; y nada más.



Eureka

En Resolute, por lo menos, hay un pequeño abrigo para la gente; aquí, ni siquiera eso; pero es pura lógica, porque, aquí, el común de los mortales no se anima, y los demás vienen y van a la usanza antigua - sin el beneficio de baliza, ni radiofónica ni luminosa, cada cual por cuenta y riesgo propios, incluyendo el riesgo de las liebres árticas ocupando el desértico terreno de aterrizaje en carácter de propietarios.

Es que eso fue la primera aventura al ir acercándonos para aterrizar en Eureka. Liebres macrograndes, liebres blancas instaladas en el terreno de aterrizaje, y aparentemente sin ninguna intención de ceder en la guerra de nervios entre ellas y nuestro piloto, hasta que, por fin, y por supuesto, dispararon; pero, otra vez, sin mucha intención de ir muy lejos. Lo que muestra un alto nivel de inteligencia porque ¿por qué dispararía una liebre más que lo estrictamente necesario ya que, aun corriendo cien kilómetros, no tendría dónde esconderse más que donde está, y por qué dispararía una liebre más de lo mínimo necesario si aquel monstruo se asentó no más y no le busca pleito?

La pasmada pregunta es: ¿liebres - liebres fornidas e intrépidas en el Alto Artico?  La pasmosa contestación es: sí, y otras sorpresas.

     En pocas palabras.

Eureka, con toda su desolación, se encuentra a orilla de una de dos zonas de microclima propio en este muy Alto Artico; una de dos zonas de semi-desolación se podría decir, no diferente, a simple vista, de la desolación total circundante, pero suficiente para que crezca otra cosa que piedra.

Y donde hay otra cosa que piedras, hay herbívoros - en este caso, liebres, caribúes; hasta algunos ovíboses, se nos asegura - y donde hay herbívoros, hay carnívoros - en este caso, zorros y lobos.  Estas liebres de desafiante >>>>>>>>