Temprano de mañanita. Temperatura, cero grado. Vamos a cruzar la provincia de New Brunswick.
Primera cosa, cuando apenas echamos a andar; he aquí un cartel ofreciendo almejas, y como queremos probar alimentos locales de los lugares por donde pasamos y son almejas de la zona, paramos para comprar algunas. Es todavía tan temprano que Božka tuvo que sacar a la mujer de las almejas de la cama, y la pobre todavía ni tiene las zapatillas puestas para hacer su primera venta del día en el frío de la madrugada.
Hablando de comida, ya que aquí es la época de caza de venados, si pudiéramos encontrar dónde comprar un pedazo de ciervo para probarlo no sería mala ocurrencia.
Las estadísticas confirman lo que pudimos observar nosotros ya ayer en lo poco que recorrimos de esta provincia, y que seguimos viendo hoy, a saber que el 80% de la provincia está cubierto por densos bosques. Además, si bien, en Maine, también hay bosques tal como aquí, también hay valles y lomas tal como aquí, también hay ojos de agua tal como aquí, no podemos dejar de observar, en cada kilómetro que viajamos, que aquí todos estos elementos se mezclan de una manera que resulta, por alguna razón, mucho más pintoresca y agradable a la vista.
Acercándonos a la ciudad de Saint John.
Ya antes de llegar, no se puede no saber que se ufana de algo muy extraño, algo que la razón no puede concebir, algo que llama Reversing Falls, o sea Cataratas Reversibles. ¿Cómo pueden cataratas caer en un momento, y trepar en otro momento - o jamás?
A dichas cataratas hemos llegado - y podemos observar que no hay tales cataratas, ningún tipo de cataratas, ni reversibles, ni simples; lo que hay es una angostura en el lecho de un riachuelo, justo en el lugar donde éste se echa al mar, la cual angostura forma una corriente más fuerte del agua - del río bajando cuando hay marea baja, y del agua del mar subiendo a la inversa cuando la marea está subiendo e invadiendo el lecho del riachuelo; la denominación de "cataratas" es una ofensa contra ya sea la buena fe o la inteligencia - según que haya, o no haya, intención de engañar.
Lo que hay muy mucho es, a un costado, algún tipo de incineración, con una chimenea echando humo hacia el cielo con un olor como para ahuyentar a cualquiera.
Todo lo cual - desventura denominativa y desventura olfatoria - empero, no nos impide darnos cuenta de que, mirando este Recialcito Reversible - Reversing Fast Water; ni Rapids se le puede llamar - estamos presenciando una consecuencia de uno de los grandes fenómenos oceánicos.
Este mar no es cualquier mar, de ilimitada expansibilidad, es el mar de la bahía de Fundy, un mar encajonado de tal manera que sus mareas no tienen a >>>>>>>>