Estamos en la base de Resolute, en el corazón mismo del Alto Artico canadiense.
Fuimos recibidos en el aeropuerto con toda la pompa de circunstancia, por una nevada castigada por fuertes ráfagas de viento; este día 27 de julio, en pleno verano boreal.
En esta latitud, supuestamente tienen el famoso Sol de medianoche, o sea el Sol encima del horizonte las 24 horas del día y de la noche durante todo el verano y hasta bien avanzado el mes de agosto, pero si las cosas siguen así, hoy no tendremos aquí ni siquiera el Sol de mediodía.
Resolute es exactamente lo que se sabe que es: un campamento de edificios totalmente utilitarios, esparcidos por varios lugares separados por espacios de grava; grava que, hoy, resulta ser barrosa por la nieve que se derrite pero que, seguramente, en tiempo seco, debe de ser perfectamente polvorienta. Hasta el edificio del negocio de ramos generales The Hudson Bay Company - parte de la gran cadena de negocios que quedó heredera de la histórica homónima del tiempo de las pieles de castores, y que, ahora, tiene una sucursal como una institución básica ineludible en cada pueblo del norte de Canadá - se reduce a un galpón herméticamente cerrado, sin una sola ventanita, apenas con una puerta.
Ahora que, pensándolo bien, la sucursal de The Bay en Yellowknife, si bien es, como es natural, un edificio de muchísimo más vuelo, en tamaño y en calidad, ocupando toda una media manzana, tampoco tiene una sola ventana - solamente tres puertas. Es esta situación la antítesis de lo que es el credo universal de la gente comerciante, a saber tener la máxima superficie de exposición de mercancías a la vista del máximo público posible. Pero, cuando manda el clima, no mandan los comerciantes.
Mercado con abolengo
Hasta la pista del aeropuerto resulta ser una superficie de grava; fina, aplanada.
El aeropuerto, por lo menos, no se pierde en muchas regulaciones. Muy pronto aprendimos que, para llegar de unos edificios, de un lado del aeropuerto, a otros, del otro lado del aeropuerto, en vez de dar la vuelta a todo el aeropuerto, se puede, y así lo hicimos, cruzar la pista a pie, cuidando solamente de no meterse delante de las ruedas de un avión aterrizando o despegando; un poco de libertad de decisión nunca viene mal.
La región alrededor de Resolute consta de grava en leves colinas donde se ve una sola cosa: desolación; un árbol, aquí, valdría su peso en oro; un arbusto valdría aquí su peso en oro; pasto u otra vegetación similar, aquí, es una imposibilidad; solamente, cada cien o doscientos metros, se puede encontrar, por casualidad, un pequeño grupo de quizás una media docena de florcitas enanas, o una manchita de musgo microscópico.
Y no necesariamente hay que compadecer esas plantitas.