Varias veces, hemos visto casas llevadas en un remolque ocupando los 3/4 de la calzada, con un coche de vanguardia con un gran cartel advirtiendo "carga super-ancha" y, a veces, un coche de retaguardia con la misma advertencia. ¿Dónde está el viejo concepto de los inmuebles que aprendimos en la facultad de derecho? ¿Cómo se puede hipotecar una casa que hoy está aquí, pero mañana quizás ya no?
⇔♦⇒ Otro tema esperando es el de los ómnibuses escolares. Este, también lo encontramos primero en Vespuccia, pero también es válido en Canadá.
Quizás los ómnibuses escolares responden a una necesidad verdadera - si bien nos preguntamos cómo pudimos nosotros, y cómo pudieron todos nuestros coetáneos, ir a la primaria y a la secundaria sin la ayuda de ningún ómnibus, y luego a la facultad, utilizando tan sólo medios de transporte público comunes.
Pero es una lástima ver estos niños perdiendo preciosos momentos de su corta juventud acarreados como animales, dando vueltas hasta, a veces, una hora a la mañana y otro tanto a la tarde, en vez de tener solamente una corta caminata y tener, más tiempo a la mañana para prepararse, y más tiempo a la tarde para sus deberes o sus placeres.
Y es una certeza que estos viajes por ómnibuses escolares les inculcan a los niños, cada día, dos veces al día, el más perfecto espíritu de irresponsabilidad.
Cada vez que el ómnibus se detiene para dejar subir o bajar un niño, todo el tráfico - que sea en la misma dirección que el ómnibus o en sentido contrario - tiene que parar, y tiene que estar totalmente parado ya antes de que el ómnibus abra su puerta, y no puede volver a andar hasta después de que el ómnibus tenga su puerta otra vez cerrada - de manera que los niñitos puedan disparar como liebres por todos los lados, inclusive cruzando el asfalto, sin preocuparse en lo más mínimo del mundo alrededor de ellos, y sin aprender su parte de responsabilidad en el funcionamiento adecuado de la sociedad.
Y, naturalmente, esos niñitos no podrían caminar ni siquiera un poquitito hacia un lugar de agrupamiento para que el colectivo los levante todos en grupo, no; cada uno está esperando justito frente a su casa, así que el colectivo va parando cada rato, con solamente cortos recorridos entre parada y parada, no suficientemente largos para que el tráfico acumulado se le pueda adelantar antes de la próxima parada, así que todo el tráfico detrás del colectivo escolar muchas veces tiene que arrastrarse de parada en parada durante diez o quince minutos como procesión fúnebre, hasta que, por fin, el ómnibus tome misericordiosamente otro camino.
Y la cosa se vuelve un puro y simple, y embarazante, guiñolazo cuando se detiene el colectivo, cuando surge perpendicularmente de su costado izquierdo >>>>>>>>