Como no había nadie más para buscar una segunda información u opinión, decidimos ver las cosas nosotros mismos. Empezamos a alejarnos cautelosamente de la pista para avionetas hacia el oeste; en seguida, el camino - que, hasta entonces, era más o menos de ripio - se volvió de tierra pura, una tosca resecada; luego, se volvió de tierra con huellas; tuvimos que vadear un arroyo; luego, el camino se volvió cada vez más escabroso; luego, ya no fue camino con huellas, sino huellas puras sin camino, en terreno perfecto para un buen pantanal con la primera lluvia; y hasta las huellas mismas empezaron a cubrirse de pasto, y pronto, a erizarse de pequeños arbustos, a manera de barrera anti-penetración; el fin del camino, de verdad.
El lugar perfecto - en el medio de esta soledad penetrable solamente por locomoción pedestre, desde que América y Asia fueron América y Asia, y desde que la humanidad fue humanidad - para cerrar los ojos y evocar el inenarrable dogma de la transfusión de humanidad de Asia a América por el solo gollete del estrecho de Bering, y, por colmo, con pies secos, y, por colmo, describiendo tal paso como puente.
¿Cómo puede alguien inteligente y culto, y conociendo la asombrosa cantidad y variedad de idiomas de por el continente americano, idiomas totalmente dispares, sin conexiones evolutivas del uno al otro, aceptar que esta heterogeneidad sea el resultado de una filtración por el solo gollete del estrecho de Bering, y de una progresiva capilaridad lingüística, para decirlo así, capilaridad que no podría ser sino evolutiva, hasta llenar todo el vasto continente hasta Tierra del Fuego?
¿Cómo puede alguien inteligente y culto, y sabiendo que las antigüedades de presencia humana de por el continente americano descubiertas hasta ahora son, estadísticamente, equilibradas entre norte y sur, aceptar que esta uniformidad temporal en tal vastedad sea el resultado de una filtración por el solo gollete del estrecho de Bering, y de un progresivo deambular, el ritmo del cual nadie conoce pero que no puede haber sido otro que pausado y que tendría que haber resultado en una tangible diferencia de muy mayores antigüedades en el norte y muy menores antigüedades en el sur?
¿Cómo puede alguien inteligente y culto ser tan estrecho de mente, tan soberbio, tan desdeñoso de todo cuanto no es su mundo, como para negar a sus propios congéneres de 10.000 años, 20.000, 100.000 años atrás, la habilidad de tocar América por otro lado que por el estrecho de Bering; y por colmo, aun reduciéndolos al Estrecho, negarles la habilidad de cruzar el Estrecho por agua, ni siquiera con la ayuda de las dos islas Diomede - Diomede Grande, hoy, rusa, y Diomede Pequeña, hoy, vespucciana, separadas por sólo tres kilómetros - que dividen el estrecho Estrecho en tres estrechitos todavía más estrechos?
¿Cómo puede alguien inteligente y culto basar una teoría no en pruebas de que así es sino en la asunción, por lo que valga, de que "no puede ser" de otra manera?