y toma diez, o quizás, como hoy, veinte fotografías diferentes - para luego elegir una sola a publicar.
Debe de haber bastante Hispanos en Fairbanks: hoy, fue la tercera o cuarta vez que alguien, al ver la inscripción en nuestro vehículo, nos habló en castellano; y justamente el fotógrafo que tomó las veinte fotografías es de origen vecino, portugués.
El tiempo más interesante de hoy fue las varias horas que pasamos en el museo de la Universidad de Alaska. Es un museo único porque está dedicado solamente a Alaska, y trata el tema integralmente, incluyendo geología, zoología, antropología, paleontología, industria, el origen ruso, la corrida del oro.
Entre las muchas muestras, todas interesantes, fueron dos las que más llamaron nuestra atención, quizás porque son las que más se apartan de lo que se podría ver en otros museos.
♦ Una muestra se refiere a dientes de mamutes y de mastodontes. Cada diente de estos es toda una novela.
- Los mamutes tenían solamente un diente de cada lado de cada mandíbula, o sea solamente cuatro dientes en total en la boca; pero qué dientes; con la corona, o sea la parte para masticar, de la forma, y hasta del tamaño, de un zapato de aquellos ostentosamente voluminosos para caminatas, y hasta con el mismo tamaño de estrías como sería en la suela del zapato.
- Los mamutes tenían seis denticiones en su vida, volviéndose los dientes cada vez más complejos; y hay que reconocer que, aun después de mirar uno durante diez minutos, es todavía de no creerlo.
- Los dientes de los mastodontes eran totalmente diferentes. En vez de una superficie de masticar lisa con estrías, presentaban un conjunto de dos hileras paralelas de protuberancias, cada protuberancia casi como una canina, si bien se sabe que mastodontes eran animales herbívoros; cada diente de estos parece más bien como una máquina de despedazar ramas que un diente para masticar verdeo.
- También vimos un par de presas de mamutes, de tamaño fenomenal: unos 3,5 metros de largo y unos 22 centímetros de diámetro en la parte más gruesa.
- También aprendimos, en cuanto a mamutes, que se encontró gran cantidad de ellos justamente al norte de Fairbanks hasta en el valle del Yukon, no solamente en estado de esqueleto sino también en estado de carne congelada, inclusive con la comida de pasto y de hojas todavía fresca en los estómagos.
♦♦ La otra muestra que llamó mucho nuestra atención fue los innumerables provechos que los paraborígenes de antaño sabían sacar de un solo árbol, en este caso, el abeto.