- para quien considera todo eso, de repente se abre la visión de un vibrante mundo vikingo que, arraigado en Escandinavia, si tuvo la capabilidad de extender un tentáculo hacia el este al lejano mar Caspio, bien era capaz de ir extendiendo, al mismo tiempo, otro tentáculo, hacia el poniente, de isla en isla, hacia América - y la presencia vikinga en estas costas se vuelve casi inevitable.
La diferencia entre la exploración de Verrazano y las exploraciones de los Vikingos es que Verrazano no dejó vestigios en la costa pero su investigación fue transmitida a la posteridad por tradición escrita en el momento, mientras que los Vikingos, si bien transmitieron sus hazañas sólo por la tradición oral de sus poetas, dejaron vestigios en la costa.
Así es, por ejemplo, que, en esta misma costa, no aquí, tan recia, tan inaccesible desde la alta mar, sino un poco más al sur, donde se desintegra en un sinnúmero de isletas, pasos, caletas, ensenadas y refugios para navegantes-exploradores rendidos, se encontró no uno sino dos sitios distintos con vestigios vikingos palpables.
En un sitio, para empezar con el más cercano de acá, se encontró, en 1959, una moneda nórdica. Naturalmente, los vikingófobos aullaron que era una vil falsificación. Empero, en 1979, la tal moneda fue autenticada como una moneda acuñada en Noruega en algún momento entre 1065 y 1080 durante el reinado del rey Olaf III. El sitio está ubicado en "la zona" del pueblo de Blue Hill. El descubridor no quizo jamás dar más detalle para evitar un alud de indeseados y codiciosos excavadores.
El otro sitio, un poco más al sur por la costa, se encuentra al sur de la ciudad de Bath, más exactamente al oeste del pueblo de Popham Beach, más exactamente en el sitio Spirit Pond, en la orilla poniente de un estero. Allí se descubrió, en 1971, tres cantos rodados cubiertos de varios textos rúnicos, con un crudo esquema de la zona inmediata, y además varios dibujos - flora, fauna, gente, canoa, arco y flecha.
Estas tres piedras forman un conjunto. Son todas de la misma fecha: 6 de octubre de 1123. Empero, no todos los textos son del mismo escriba (o incisor) - dos diferentes escribas intervinieron. Y los textos son un enloquecedor, y hasta ahora sólo parcialmente descifrado, laberinto de ingenio criptográfico medieval. No por nada en nórdico antiguo la palabra "run" significa secreto, glifo secreto.
Vimos los textos; hicimos el esfuerzo de seguir, paso a escabroso paso, el valiente, tortuoso, ingenio de los descifradores del enloquecedor ingenio de los criptógrafos, y, francamente, es este laberinto - tan ajeno a la ordinaria manera de pensar - por lo menos tan fascinante como la pregunta, la duda o la certeza, si o que, los Vikingos anduvieron por aquí.