larga espera; mientras que aquí, uno se podría quedar días enteros inmovilizado sin que ninguno de los miles de transeúntes se detuviese para ofrecer ayuda.
Estamos al nivel del mar, y sin embargo lenguas de nieve en los cerros que tenemos a nuestra izquierda bajan a nuestro nivel. Son los restos de las nieves invernales. Es aquí, en el sur de Alaska, que nieva más que en el centro, y mucho más que en el norte, a pesar de la imaginación popular que cree que es al revés; porque es aquí que llegan los vientos húmedos de la corriente del Japón, que traen nieve o lluvia, según la época del año y la altitud; es por ello que es aquí, en el sur de Alaska, y no en el norte, que se encuentran los grandes campos de hielo y sus ventisqueros; todo a lo largo del golfo de Alaska.
La carretera se deslizó por atrás de la punta del brazo de mar que hace que Kenai sea una península, por una junta terrestre que hace que la península de Kenai no sea una ínsula por completo; y, en verdad, poco falta para que lo sea.
Ingresamos a la península de Kenai.
¿Por qué queremos incluir esta península en la Expedición? Porque esta península, en un 99/oo una isla, es un símbolo, accesible por tierra, de las islas a lo largo del golfo de Alaska, donde los Rusos, por la relativa benignidad de su clima gracias a la corriente templada del Japón, tenían, desde la isla de Kodiak, justamente en prolongación de esta península, con la primera capital rusa en América, de mismo nombre, Kodiak, hasta la isla de Baranof, con la segunda capital rusa en América, Sitka, sus bases de operaciones por sobre todo el interior de Alaska, o sea gobierno, agricultura y comunicaciones; sin olvidar la importancia de esta propia península. Porque, en resumidas cuentas, esta península es un muy adecuado símbolo de la presencia rusa en América, lado a lado con los demás, más conocidos, invasores de este continente.
Pero no es éste el momento para seguir con este tema. Estamos a 200 kilómetros al sur de Anchorage. El tráfico de regreso de los domingueros sigue sin menguar. Božka acaba de sugerir la teoría humorística de que no son solamente todos los de Anchorage que regresan sino todos los de toda Alaska.
Además, en Kenai, cabecera de Kenai, parece que hay una iglesia cristiana ortodoxa rusa todavía en funcionamiento, y bien podríamos aprender algo para hacernos un cuadro general.
Ahora, después de otro largo rato, tuvimos que forjarnos una teoría más satisfactoria. Después de todo, Kenai es solamente una península, con un espacio disponible forzosamente limitado, y no vemos cómo y dónde podrían caber tales hordas de coches; así que la nueva teoría humorística, adoptada por unanimidad, es que debe de haber una carretera circumpenínsular que no aparece en los mapas y por donde desfilan todos los Alaskeños, en calesita, en una monstruosa retreta vespertina.