Aquí está, en un año, empezando con los osos negros, pues:

y no vemos en la lista osos pardos, que Yukon también tiene.

Un total de 57.020 cuadrúpedos en un año.

Hoy, nos paramos bien tempranito. No tiene sentido esperar que anochezca para establecernos para la noche porque, anoche, nos fuimos a acostar a la medianoche y todavía había luz como a las siete de la tarde en verano en otras latitudes. Mañana, llegaremos a Dawson City y veremos qué diferencia hay entre sus aspectos invernal aturístico y estival turístico; y de ahí en adelante, será, otra vez, todo nuevo para nosotros; y mañana también, ya estaremos en Alaska.

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Anoche, o mejor dicho esta madrugada, a la una de la mañana, tomamos una fotografía, no tanto por el tema, que fue más bien un pretexto, como por la luz solar todavía apta para tomar fotografías a tal deshora.

Pasando de lo visual a lo auditivo, también fue curioso el apretado contrapunto de los cantos aviares, mucho más activos en plena noche, si es que se la pueda llamar así, que durante el día, si es que tal distinción tiene algún sentido.

Pasando de la gente alada a la gente plantígrada, ni la sombra de un oso; sin embargo, cuando nos alejamos del vehículo para ir detrás de un árbol, nuestros ojos están en permanente actividad escudriñadora por todos los lados, por la duda.

Pasamos el empalme que lleva a Tuktoyaktuk; nos cruzó por la mente la posibilidad de ir nuevamente a Inuvik - a Tuktoyaktuk, ahora, en primavera, ya no se podría ir. Pero decidimos guardarnos el tiempo, el dinero y las energías para otros descubrimientos, nuevas aventuras.

Entre dicho empalme y Dawson City, por alguna razón que todavía no podemos analizar, el paisaje, a pesar de estar compuesto de los mismos elementos que >>>>>>>>