Y sucede que los primeros resultados de estas observaciones científicas desde arriba coinciden exactamente con lo que nosotros inocentemente observamos, aun en contradicción con lo que habíamos leído sobre el tema anteriormente.

Nosotros habíamos visto, especialmente la primera vez, largas tiras de lúminas, como si fluyeran, extendiéndose de horizonte a horizonte de oeste a este, y también observamos que, al poco tiempo de desaparecer la luminiscencia solar por completo, también desaparecieron las lúminas, cosas que no habíamos leído y que, por lo tanto, no esperábamos; y ahora, resulta que, por este estudio por medio de satélites, las cosas son exactamente como las vimos: según dichas observaciones científicas, las lúminas polares serían una interacción del viento electromagnético solar con el campo magnético de la Tierra, una transferencia de energía del viento solar a la magnetópera terrestre, actuando dicha interacción como un enorme generador eléctrico, de cuya carga las lúminas serían el resultado visible.

La interacción del viento solar y del campo magnético terrestre es como sigue.

¤ Cuando los electrones contenidos en el viento solar alcanzan el campo magnético terrestre, están atrapados por éste y bajan en espiral alrededor de las líneas magnéticas desde arriba hacia el globo terráqueo.

¤ En su carrera en espiral, guiada por las líneas del campo magnético hacia la Tierra, los electrones chocan infinidad de veces con exátomos; cada vez que un electrón choca con un exátomo de cierto elemento, produce un destello de cierto color; por ejemplo, con un exátomo de oxígeno, produce un exceso de energía en forma de un destello verde claro, con un exátomo de hidrógeno, produce un destello rojo, con un exátomo de nitrógeno, produce azul, purpúreo o rosa.

¤ Naturalmente, cada vez que los electrones chocan con un exátomo, van perdiendo su energía hasta que no les queda más, lo que ocurre a unos ochenta kilómetros encima de la Tierra, que es donde termina la parte baja de las lúminas.

Siendo que la interacción de las radiaciones electromagnéticas solares y del campo magnético terrestre empieza a unos doscientos kilómetros encima de la Tierra, es en esta franja entre ochenta y doscientos kilómetros de altitud que ocurren las lúminas polares, con los colores estratificados por altitud.

     Y nos enriquecimos con estos datos adicionales.

* Resulta que las lúminas no son fenómenos aislados aquí y allá en el cielo sino que forman toda una corona alrededor del polo, y cuando se observa solamente manchones de lúminas, son estos manchones, en realidad, solamente aspectos locales, partes de la conformación general de una corona circumpolar, >>>>>>>>