dio su visto bueno. Que no le habrá parecido nada bueno porque el importe del arreglo de nuestro vuelco es del ... 50/oo del valor del vehículo nuevo.
Ahora, queda por ver cómo lo arreglarán - aunque tenemos confianza porque el dueño parece eficiente y el taller está conocido literalmente a 500 kilómetros a la redonda y quizás más.
Estas cinco noches, incluyendo el fin de semana, las pasamos en los bosques en las afueras de Whitehorse. Nos encontramos con realidades otras que las que hubiésemos esperado.
→ Es sabido que aquí, en el norte, hace muchísimo frío en invierno y hay muchísimos mosquitos en verano; nosotros tomábamos como consecuente que, entre los dos extremos, habría una época de beatitud; pero, ahora sabemos que, lamentablemente, no es así: la nieve todavía ni se fue y ya los mosquitos le están chupando la sangre a uno. De manera que está ocurriendo mucho más pronto de lo que nos podíamos imaginar lo que habíamos comentado varias veces cuando estábamos en el norte: llegará el día cuando añoraremos aquellos buenos tiempos con 20 ó 30 ó 40 grados bajo cero y sin mosquitos u otros bichos. Es increíble, tener los pies en la nieve y estar comido por los mosquitos.
→ Mientras que estamos acostumbrados a asociar la idea de noche-y-madrugada más bien con la idea de humedad, y la idea de sol-y-mediodía con la idea de sequedad, aquí, las cosas van al revés: de día y cuanto más da el Sol, más se moja el terreno, naturalmente por la nieve que se derrite, y, de noche, todo se deseca; así que el momento cuando el terreno está más seco es de madrugada. ¿Dónde está el rocío matutino de otras partes?
Las aproximadamente tres semanas que durará el arreglo de nuestro vehículo, las pasaremos enjaulados en una habitación.
Todo, todito del coche volcado aquí
Pero no habrá tiempo para aburrirse. Por fin, por fin podremos transcribir las 35 cintas, 35 horas, de anotaciones que se nos acumularon. Y estas transcripciones, no es lo único.
También nos espera, arreglar el toldo del portaequipaje - si es que se puede arreglar, eso todavía no se sabe; poner en condiciones todas nuestras pertenencias de uso diario; proyectar los detalles de las próximas etapas de la Expedición, que tendrán que llevarnos a la frontera selvática entre Panamá y Colombia, en enero próximo - ni antes ni después - pues allí también tenemos una cita con la naturaleza como la teníamos aquí en el Artico: aquí, era con hielo transitable por el océano Artico, allí, es con la época de sequía por la selva; y con la naturaleza no se discute.
Ojalá salga bien el arreglo del coche.
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