Otra cena de oso polar. Esta vez, en la estufa de querosén.
Son las 22:30 pasadas; y todavía se ve, como en un sueño, las formas difusas de los cerros nevados todo alrededor de nosotros.
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Hoy, seguimos bajando, pero no hicimos mucho kilometraje. Tuvimos otra atracción adicional que no habíamos tenido a la ida.
Božka fue la primera en ver una manada de caribúes, avanzando, pastando, avanzando en dirección opuesta a la nuestra. Naturalmente, detuvimos la marcha y paramos el motor; silencio. Nos tardó unos instantes darnos cuenta de sobre cuánta distancia se estiraban cuántos animales. Sacamos el lente de 600 milímetros y el trípode para tratar de tomar alguna fotografía.
Karel tratando de sacar una fotografía
A la vez observando el comportamiento de la manada. Naturalmente, se sabe que tales manadas tienen una estructura social con un jefe dominando todo el grupo; pero, como siempre, una cosa es saber y otra cosa es ver, y nosotros vimos cómo el jefe de la manada, a cierta distancia adelante, elegía el camino, y el paso de progresión, por dónde y cómo todos los demás iban a seguir.
Mientras tanto, llegaron unos Takud-Kuchin en su camioneta jalando un trineo motorizado. Naturalmente que para ellos la manada pintaba carne en la mesa. En seguida empezaron a aprestarse para la cacería, o sea sus rifles - y el trineo motorizado.
Mientras tanto, aparecieron otros Takud-Kuchin con su camioneta y su trineo motorizado - parece que es así que todos cazan por aquí; no más caminatas, todo, en el confort de una camioneta.
En este momento fue, antes siquiera de que los primeros cazadores se hubiesen largado, que el caribú-mayor - o será caribú con rango de monarca - detectó el peligro, y cambió de apacible pastoreo a célere fuga hacia los cerros, a 90 grados de su dirección original; y toda la muchedumbre de caribúes, con él.
A segundos de intervalo, se lanzaron a correr los caribúes, se largó el infierno del primer trineo motorizado, y se largó el infierno del segundo trineo motorizado, cada trineo, de un costado de la manada en fuga.
Y nosotros, desde nuestro punto de observación - desde donde se veía, y oía, bien a lo lejos - no creyendo ni nuestros ojos ni nuestros oídos, pudimos seguir el pandemónium de los cazadores y las reacciones de los caribúes.
Finalmente, los primeros Takud-Kuchin no consiguieron nada; y los otros consiguieron tres animales. No sabemos si se puede distinguir fácilmente entre >>>>>>>>