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Pero no todo lo que se concibe, florece.

>  En 1949, en Aklavik, alguien empezó una tropilla de vacas lecheras.  Resultado, nada.

> En 1972, alguien tuvo la idea de utilizar la lana de los ovinos almizcleños de todo el distrito de Mackenzie como materia prima para artículos - de alto precio, indudablemente. La pregunta fue: cómo sacarles su lana a esas bestias. La contestación fue: sacándola de las malezas en el territorio de los carneros. Se contrató un hombre para efectuar el acopio y se le pagó 5.000 dólares canadienses de aquella época. La lana que juntó alcanzó para una media.  Veredicto: demasiado cara aun para aderezos de gala.

> Ya que curtir pieles significaba mandarlas al sur, alguien, otra vez en Aklavik, empezó una curtiembre.  Un año más tarde, no más curtiembre.

Nosotros mismos vimos, en un negocio, fiambres de carneros almizcleños, y nos enteramos de que mandan la carne al sur para la manufactura de los fiambres, los que, luego, tienen que regresar a ésta, como comida local. Bien curioso. Y hay más.

¿Cuántos turistas se dan cuenta de que las pieles de los artículos de peletería norteños - polares - que orgullosamente se llevan al sur ya estuvieron en el sur y volvieron al norte antes de que el turista mismo se haya venido al norte?

Pasando a otro tema, nos enteramos de que el racionamiento - que no nos había parecido tan limitativo - de bebidas alcohólicas ha quedado cancelado después de un año de vigencia.

También, el diario local nos pidió una entrevista. Pero literalmente no tenemos tiempo de hablar con el periodista. Lo lamentamos por él, por el empeño profesional que evidenció; más por tratarse de un diario chico que si fuera un diario grande.

Mientras tanto, los cuervos siguen con las suyas. Tenemos que repetirlo. Para nosotros, los cuervos ya no son lo que eran; ahora, los recordaremos, por lo menos estos cuervos árticos, como criaturas activas, tiernas, audaces, expertas en acrobacias aéreas, artistas de expresiones vocales con, por lo menos, cuatro o cinco maneras diferentes de expresar sentimientos u opiniones, o vaya a saber qué, y poseedoras de una determinación y de un pico que es mejor tener como amigos que como enemigos.

De vuelta en el hotel.

Ultima aventura del día. Božka está preparando la cena en nuestra pequeña cocinita eléctrica. Olor en la habitación tan intenso que, a pesar de los 20 ó 30 grados bajo cero, no sabemos exactamente, tenemos la ventana abierta de par en par.  Plato principal en el menú: carne de oso polar.  Vamos a ver.