El vecino pueblo de Carmacks no se encuentra directamente en nuestro camino; pero pueblos son demasiado escasos por estos lados para no contactar cada uno de ellos, por la duda.
En Carmacks, hablamos con el cura. Mostró saber, por igual, de alces, caribúes, osos, y de espiritualidad íntima de sus ovejas.
+ Nos enteramos de que ésta es una zona de alces, pero no de caribúes, los cuales viven mucho más al norte.
+ También nos enteramos de que los paraborígenes, por lo menos en estas partes, no comen carne de oso; no matan a osos salvo en defensa propia, y entonces dan la carne a los perros; pero ellos, por razones religiosas - por razones que, este cura, obviamente de muy amplia mente, nos dijo "otros llamarían supersticiones pero él no lo haría" - no comen la carne.
+ Además, no es ésta la época para carne de oso porque los osos todavía hibernan, y los apurados para salir de sus cuevas, si es que los hay, andan muy flacos, naturalmente.
De Carmacks, salimos con nuestra reserva completa de querosén y de nafta, los 46 litros de querosén y 223 litros de nafta.
La carretera ha cambiado de rumbo, y de ahora en adelante va a seguir decididamente hacia el norte; en otras palabras, se ha "orientado" hacia el "norte" - para no perdernos el secreto sarcasmo de esta perla de desatino. Ahora mismo, está corriendo a lo largo del río Yukon, que, a fines del siglo pasado, era la única vía de comunicación para todos los enloquecidos por la fiebre del oro, hacia la zona del río Klondike, fuente de mucho oro y de todavía más legendas.
La carretera está totalmente libre de nieve, pero, en ciertos trechos, la nieve de los costados se va derritiendo, mojando la franja de circulación, lo que nos da una pequeña visión de lo que debe de ser el deshielo cuando esta carretera de tierra, ahora bien apisonada y firme, se vuelve un barrial. La nieve se va derritiendo porque, como ya lo observamos en días anteriores, la ambitura diurna se eleva bastante y no guarda relación con las ambituras nocturnas, al contrario de lo que pasaba en la bahía de Hudson, donde las ambituras diurna y nocturna se quedaban dentro de un margen mucho más estrecho. Božka tiene la teoría de que tal diferencia de comportamiento se debe a la diferencia de altitud: aquí, estamos no al nivel del mar como en la bahía sino en serranías que, según nuestro altímetro, oscilan entre 900 y 1.200 metros, lo que crearía estos contrastes de ambitura justamente característicos de altitudes serranas.
Estamos viajando ahora entre los pueblos de Pelly Crossing y Stewart Crossing. Hasta ahora, la topografía resulta bastante pobre; ondulada, sí, pero sin características salientes; lo único que la salva un poquito es un poco de nieve que, ahora nos damos cuenta, es el recurso barato para darles un sello >>>>>>>>