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¡Oh no. No puede ser! ¡Qué barbaridad! Ahora, después - recién después - de la publicación, vemos que, con el sistema de honramiento individual de los países por orden alfabético, un país se quedará para siempre sin su alegoría en el concierto de alegorías, por carecer de nombre.

Algún día, sin duda nos interesará comparar las dos versiones, ésta, periodística, y la nuestra. He a continuación el texto original, en traducción del francés, de nuestra carta.

"Adiós a Saint-Dié"

"Muy estimado Saint-Dié,

Nosotros, los miembros de la Primera Expedición Panamericana Integral, en vísperas de marcharnos, deseamos agradecerte por tu hospitalidad.

Queremos agradecer los encargados de la Biblioteca Municipal, del Museo Municipal, por la ayuda activa que ellos, y ellas, nos dispensaron; queremos agradecer la familia que nos invitó a compartir una comida, la familia que nos invitó a tomar el té, la familia que nos obsequió una botella de vino, del bueno; todas las personas que tuvieron una palabra amable con nosotros en la calle; queremos agradecer la Policía por habernos dejado en paz.

Estos agradecimientos surgen de la profundidad de la sinceridad, ya que, si Saint-Dié se encontrase en un cierto país anglófono de América, hubiésemos sido acosados, tanto por individuos, como por la Policía a instigación de los individuos, por la única razón de estar estacionados en una calle, aunque sólo una hora; o incluso al costado de un camino en un bosque a cinco kilómetros de la primera casa; o incluso consultando libros en una biblioteca.  Lo sabemos, porque así estuvimos perseguidos numerosas veces en aquel país.

Gracias, Saint-Dié.

Admiramos tu limpieza, y el hecho de que no es el fruto de la casualidad sino del trabajo diligente de algunos de tus hijos uniformados como si trabajasen en un laboratorio de análisis de piedras lunares (que visitamos - de donde la analogía). Admiramos la elegante simplicidad y la escala humana de tu urbanismo, simbolizadas por tus reflectores de alumbrado. Admiramos la riqueza de posibilidades culturales y deportivas y comerciales que ofreces a tus habitantes y visitantes.

En reciprocidad, quisiéramos, en el momento de irnos, contribuir dos ideas, y presentar nuestras excusas.

Primera idea.

Se habló, y quizás se hable nuevamente, de un monumento a América. Se habló de una escultura, o sea de una alegoría del continente americano en >>>>>>>>