* Claro que Saint-Dié tiene que reconocer y agradecer favores recibidos, y cultivar amistades tan valiosas, pero solamente en su función de ciudad como tal - así como, seguramente, ocurre entre otras ciudades agradecidas y sus benefactores o amistades - y no en su función privilegiada de madrina del continente "América".
* ¿Escribir a 300 millones? Bastaría escribir a tres puñados de sociedades históricas, ¿no cierto?
* Es a una madrina, y no a un ahijado, que corresponde la iniciativa de un primer paso.
Además, si bien sería normal que los países del continente ahijado conozcan la existencia de Saint-Dié, más natural es que Saint-Dié conozca los países. Dicho de otra manera, si Saint-Dié misma ignoró, de sí misma, durante siglos, que era madrina del continente América, y un extranjero tuvo que descubrirlo y decírselo, y si Saint-Dié lo ignoró durante un tiempo más largo que el tiempo durante el cual ahora lo sabe, nada extraño habría en que los países, hasta hoy mismo, no lo supiesen.
Además, sería sólo natural que los países americanos, después de haber sido ignorados tanto tiempo tan por completo (salvo el único privilegiado) se sientan ofendidos y que su orgullo se oponga a mendigar la igualdad de atención que se merecen como partes del continente ahijado.
* Es evidente la razón por qué nadie se quejaba de los Estados Unidos "del Brasil" y por qué nadie se queja aun hoy de los Estados Unidos "Mexicanos": porque la denominación Brasil y la denominación México nadie las robó a nadie, mientras que la denominación América está siendo robada persistentemente a varias docenas de vecinos.
Por una parte, son enojosas e increíbles semejantes marismas intelectuales, por otra parte, es fascinante que puedan existir. Nunca podríamos concoctar tales barbaridades ni que se nos pagase.
Terminada así nuestra educación, hubo tiempo y cabeza para la entrevista con el diario. (En el tiempo que nos ha tardado desenterrar y redactar todo lo dicho hasta aquí, dos veces ya el diario local nos había solicitado una entrevista; pero eso podía esperar.)
Dijimos al periodista que teníamos interés, en realidad mucho interés, en la entrevista siempre que él se avenga a publicar también nuestro parecer en cuanto a "ciertos aspectos" del madrinaje de América por Saint-Dié. Si no, preferiríamos que no se publicase nada.
Se publicó todo - reseña, mapa, fotografía. Incluso con nuestros pareceres destacados en un recuadro con el título "Falsa Ahijada".