Y así siguieron los abrazos entre la madrina enloquecida, Saint-Dié, y la ahijada usurpadora locamente reconocida como legítima, Vespuccia; incluyendo un abrazo particularmente efusivo, de fiestas franco-"americanas" (entiéndase franco-"vespuccianas" en 1911, en Saint-Dié, con iluminaciones, bailes, fuegos artificiales, banquete con libaciones de champañ "Americe Vespuce", sellos conmemorativos, tarjetas postales, velada de gala, largada de globos ... y con la inauguración de una placa.
Una placa que merece un párrafo aparte porque parece tener un toque de esquizofrenia; una placa en insondable contradicción con los propios festejos bajo banderas vespuccianas y francesas. Empieza así: "Aquí, el 25 de abril de 1507, bajo el reinado de René II, la Cosmographiae Introductio, en la cual el nuevo continente recibió el nombre América (etc.)". Claramente reza "continente"; no dice "país", o "nación".
Entonces, ¿es el caso - si se juzga por la placa, y como lo desearía un desesperado idealista - que algo en el profundo subconsciente deodatiense se rebela contra la farsa de usurpación e insiste en que el nombre América fue dado al continente legítimo y no al ilegítimo usurpador; o es el caso - si se juzga por la cruda realidad de las fiestas - que esos pobres Deodatienses estaban tan emborrachados por el vértigo que sentían en su contacto con sus grandes y famosos, e interesados, amigos, que no sabían distinguir entre "continente" y "país", o tal vez creían que Vespuccia era un "continente", y creían, ellos también, como hemos escuchado algún Vespucciano decirlo, que Colón, al "descubrir América" descubrió Vespuccia y caminó por lo que iba a ser Nueva York?
Y así aprendimos, para nuestro horror y nuestra náusea, que la "calle América" que vimos en nuestro primer día en Saint-Dié fue así llamada - por la municipalidad - el 24 de mayo de 1917, no en honor del continente de Colón y Vespucci sino explícitamente (vamos de implícito a explícito), por abyecta servilidad (no se puede concebir que alguien pueda ser tan tupido) en honor del país usurpador. Si alguien nos lo dijera, no lo podríamos creer. Pero lo vimos, negro sobre blanco.
Y así siguió hirviendo la locura desenfrenada.
El 18 de agosto de 1921, otro abrazo efusivo entre Vespuccia, la rica ahijada usurpadora aceptada como legítima, y Saint-Dié, la madrina enloquecida que no sabe reconocer su ahijada verdadera, el continente de Colón y Vespucci. Y otra placa, otra placa insondable, porque dice en parte: " ... donde el nombre América fue dado al nuevo continente ..."
Absolutamente abrumador. Si no existiesen las placas, sería tentador dictaminar que todos esos abrazos son, por parte de Saint-Dié, un caso de maquiavélico, descarado, vil, oportunismo para chupar la sangre, mejor dicho el dinero, de un tonto, ignorante ricacho que se cree ser América. Pero las >>>>>>>>