otras tierras bajas en este planeta que tendrían el mismo derecho a esta misma denominación si así se les ocurriere, también es inapropiada dentro del país mismo: si es fácil aceptar que tierras tan aplastadas como las vimos a lo largo del mar, y a altitudes, apenas superiores, a veces inferiores, a la mar, sean países bajos, es ridículo mirar estas ondulaciones ahora frente a nosotros y llamarlas países bajos.
Incidentalmente, existe también la ponencia de que el nombre Holland no tendría su etimología en la noción de país bajo, que sería una noción popular, sino en un topónimo original Holtland, con el significado de país de la madera o país boscoso.
Y hablando del desatino, por muchas razones, de denominaciones genéricas de naciones, he aquí una ilustración más, que tuvimos que sufrir: "Según su Constitución de 1815, el Reino Unido tenía dos capitales mellizas a alternarse anualmente, Den Haag y Bruxelles". Nosotros creíamos que la capital del Reino Unido siempre había sido Londres. Naturalmente que esta afirmación nuestra necesita para su puntuación final la invención de un nuevo punto, así como existen puntos de exclamación, interrogación, etc., un punto de ironía y hasta de sarcasmo.
Como última cosa, hoy, una pregunta, por ahora sin respuesta: ¿acercarnos a Francia ya mañana y entrar pasado mañana, o encontrarnos un lugarcito y esperar? Hoy fue día veinte de las huelgas y manifestaciones; informaciones radiofónicas, hoy: ayer, hubo manifestaciones de entre un millón de personas, según admite la policía, y dos millones, según afirman los manifestantes; y, para dentro de tres días, se prepara otras manifestaciones gigantescas.
A dormir. Vamos a ver mañana; y escucharemos las últimas noticias. Bah, y si bien Francia no decretó Carnaval, Navidad ya está a la vista, lo que tendría que dar el mismo resultado que Carnaval en Bolivia.
Está helando fuera del vehículo.
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Esta mañana, la novedad directriz vino no de las ondas hertzianas sino de las ondas eólicas. Algo que se podría llamar garúa nevada está espolvoreándolo todo. No es ambiente para manejo civilizado. No nos hemos achicado, entonces, en el Artico canadiense en invierno, y no nos achicaríamos hoy, en aquel mismo ambiente, ante el manejar por encima de espesas capas de nieve aplanada por las máquinas viales, o el manejar por la alta mar helada, con treinta o cuarenta bajo cero, en soledad - pero esta combinación de capita de un milímetro o dos de espesor caprichosamente helada o no, según los lugares, y >>>>>>>>