Vamos a esperar.
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Bastante esperado. Lo observado, lo aprendido.
\■/ Lo observado.
→→ Como en otros países, tratamos de percibir indicios de intereses nacionales por la observación de billetes de banco y de monedas. En Dinamarca, nada, nadita, aprendimos, a no ser que descubrir la imposibilidad de aprender ya sea aprender; o a no ser que el rasgo nacional sea el culto del anonimato hermético; o a no ser que se trate de símbolos arcanos vedados a no-iniciados.
→ En el billete de cincuenta coronas, nada un pez, brillante y panzudo. Qué pez es y qué simboliza en el contexto de un billete de banco - misterio. Del otro lado del billete, una cara de mujer que parece la diosa de la Insulsez Resignada. Quién es esa cara - misterio.
→ En el billete de cien coronas, descansa algo que no se sabe si es una mariposa diurna o nocturna porque, por su rico colorido, podría ser diurna pero, por su morfología, podría ser nocturna. Qué bicho es y qué simboliza en el contexto de un billete de banco - misterio. Del otro lado del billete, la cara de un señorito con algo que parece ser un tocado de dormir estereotipadamente medieval, pero de encaje. Quién es esa cara - misterio.
→ En el billete de quinientas coronas, encorva su cuerpo, y aún más su cola, un lagartijo. Lindo y bien hecho. Pero qué tipo es, y qué simboliza en el contexto de un billete de banco - misterio. Y del otro lado del billete, una cara de mujer cuya inexpresividad se espera que es el estilo del grabador y no la realidad de la mujer. Qué es esa cara - misterio.
→ Otro misterio: ¿por qué el billete de cien coronas tiene el símbolo de protección contra reproducción indebida © - y no una, sino cuatro veces - mientras que los demás billetes están largados sin protección?
Y pensar que nos metimos en este enredo - acaso un culto de misteriosas anonimidades - sólo por haber tenido la natural, simple, curiosidad de ver si encontraríamos en algún billete danés algún reflejo de las epopeyas vikingas. Y, en este sentido, nada.
Y nada en las monedas. A no ser que se quiera encontrar un reflejo vikingo a toda costa, recurriendo a interpretación simbológica según nos acostumbramos en estudios arqueológicos.