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"Entonces, les alcanzamos una pequeña cuba, pidiéndoles que nos trajeran agua, lo que entendieron, pero la cuba no la aceptaron y nos mostraron recipientes de cuero que tenían y en los cuales se ofrecieron a traernos el agua. Tres de los locales en sus tres embarcaciones se fueron a tierra, trajeron el agua en sus recipientes y se acercaron a nuestro barco. Uno de los locales, al aprestarse a alcanzarnos su recipiente, pidió un cuchillo. Se lo dimos. El lo tomó, pero el recipiente con el agua no lo entregó sino que lo pasó a otro de los tres e indicó que le diéramos otro cuchillo a éste también por el mismo recipiente, y asimismo mostró que le diéramos un cuchillo al tercero también. Lo que muestra que son gente poco honesta.

"En otros momentos, ellos nos dieron algún mineral envuelto en algas, también unas flechas. Canjeamos un hacha por uno de sus extraños cubrecabezas hechos de delgadas láminas de corteza de abedul, y adornados de plumas, que todos llevaban. Cuando les dimos una olla de cobre, la tuvieron un rato en las manos pero la devolvieron.

"Eventualmente, regresaron a su orilla.

"De tarde, se acercó otro grupo de embarcaciones monoplazas a nuestra nave. Si bien había en él algunos paraborígenes que ya habían estado en la mañana, volvieron a proferir los mismos gritos que en la mañana. Se quedaron unas tres o cuatro horas; pero convencer a alguno que subiera a bordo fue imposible.

"Ellos se hubiesen quedado más tiempo, pero tuvimos que aprovechar un viento favorable para salir de la bahía en donde nos había llevado una corriente.

Fin de los extractos del libro de a bordo de Nauta C.

Dicho sea de paso, cuando estábamos tomando conocimiento de este relato, no pudimos no tener, en contrapunto con el interés de la lectura, los siguientes pensamientos.

1) Que la tripulación rusa y los paraborígenes se gritaban sin resultado "porque los paraborígenes no entendían el idioma de los Rusos"; y, preguntamos, ¿por qué no "porque los Rusos no entendían el idioma de los paraborígenes"; o, más equitativamente, porque ambas partes no entendían el idioma de la otra parte?  Qué natural es echar la culpa al otro.

2) La extraña cautela de los paraborígenes.  Preguntamos: ¿será
   a) que los paraborígenes tenían experiencia anterior con Europeos, o
   b) que tenían vecinos tan malvados como los Europeos, o
   c) que los paraborígenes árticos eran más desconfiados por naturaleza que >>>>> los paraborígenes tropicales?

3) Tanto empeño por parte de los Rusos para que algún paraborigen, o si todos, mejor, subiera a bordo de la nave.  ¿No tenían, acaso, el mismo alevoso antojo >>>>>>>>