la madrugada - y eran las trece; ocho horas de espera, ya - y calculaba el camionero, que sería fácilmente ocho horas más; y agregó jovialmente, ante nuestro asombro, que no había nada para ponerse impaciente, que era lo común, que él va a Ucraína cada semana y que cada vez es lo mismo. Parte del trabajo y de la paga.
Coches y camiones esperando en la frontera en Vyšné Německé
Por lo menos en este primer asunto, el pentavirato de TIR nos dijo la pura realidad. Lo que ciertamente da más verosimilitud a sus demás advertencias.
Ahora bien. Una cosa es aguantarse todo lo que nos aguantamos en ciertas fronteras americanas, incluso los dos días en Cartagena de Colombia y los once días en Santo Domingo de Quisqueya, cuando la continuación hacia todo lo demás de la Expedición, y por ende la existencia misma de la Expedición, dependían de ello, y otra cosa sería meterse en estas incógnitas sólo para llegar a otras incógnitas, de las cuales esta Expedición ciertamente no depende.
Media vuelta. Y hacia Praga, y el resto de esta Expedición.
A pocos kilómetros antes de la frontera eslovaco-checa, inesperada paradita; de causa simple cuando nos detuvimos, de resultado doble cuando nos fuimos.
Nos detuvimos por el encuentro fortuito de vestigios de la segunda mitad del siglo IX - de un recinto fortificado del primer estado de envergadura eslavo-occidental, la Gran Moravia; en una colina a cinco kilómetros del poblado de Ducové/Dutsové. ¿Quién hacía qué, en América, en el siglo IX d.C.?
Y muy de paso, nos enteramos de una arqueología sin relación con la anterior. En esta misma región, se encontró una competidora de la "cabeza más antigua", de 21.000 a.C., de Brassempouy; se encontró una "Venus", como se suele llamar estas figuritas, estimada a 20.800 a.C., o sea, considerando el margen de error en ambos casos, de antigüedad totalmente idéntica e intercambiable; en la zona de Moravany nad Váhom; llamada, por lo tanto, la Moravianska. Prueba de que tales antigüedades, aun cuando notables, no son tan únicas. ¿Qué pasaba en América, hace 230 siglos?
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Praga. Pero el resto de esta Expedición, en seguidita, no.
Acabamos de despertarnos a la realidad de que la constante acumulación de tiempo estirado más allá de lo supuesto para cada paso de la Expedición acaba de acorralarnos, así como ya nos acorraló en América. Según lo supuesto, a estas horas ya tendríamos que haber terminado la Expedición; pero todavía falta. Y como habíamos puesto nuestras cosas administrativas en orden para la >>>>>>>>